Publicado en: Producto
Por: Sarah Viera
Floralicia Anzola es una mujer que no se detiene, acaso para dormir. Su emprendimiento radiofónico y digital, 0800-Flor, cuenta historias que cambian vidas en todo el mundo y que dan a conocer héroes anónimos, esos que arriesgan todo por una idea y conquistan el éxito a punta de sudor y lágrimas.
Con una amplia sonrisa y un cálido: ¿en qué te puedo ayudar?, la periodista, cuentista y productora Floralicia Anzola, atendió a PRODUCTO desde su hogar en Miami para hablar de su espacio radial 0800-Flor, de su sitio web homónimo y de su trabajo como emprendedora junto a su compañero de vida y de labores por más de 30 años, el periodista César Miguel Rondón, con quien ha formado un exitoso equipo no sólo por los proyectos que comparten, sino por los “5 motores” -sus hijos- a quienes anhela volver a ver reunidos en Venezuela.
Floralicia pareciera haber estado toda su vida frente a una cámara. Sus grandes ojos azules brillan cuando habla del nacimiento de su espacio 0800-Flor que, según cuenta, es el resultado de “una búsqueda por encontrar mi propia voz y salir del escondite creativo que supone estar detrás de cámara”, confiesa. Comenzando la década del 2010, decide hacer radio junto a sus colegas Elizabeth Fuentes y Valentina Quintero, en el programa “Las Frívolas”, transmitido por Onda 107.9 Fm. Es allí donde descubre que ayudar y orientar a los emprendedores para mejorar sus productos, era una de sus grandes pasiones, por lo que pone manos a la obra y estructura un programa de una hora con el nombre 0800-Flor, haciendo alusión a su deseo de estar siempre disponible para ayudar a quien lo requiera.
Anzola invitaba a emprendedores y micro empresarios que planteaban algún problema o situación a resolver sobre su negocio, siendo aconsejados por expertos en el área. Luego de aproximadamente 6 meses al aire, la emisora propone convertir el programa en un micro, con un formato de 3 a 4 minutos, para ser transmitido tres veces al día, contando historias de manera atractiva que sirvan de promoción para el emprendedor. Cuenta emocionada que eso le brindó la herramienta para dar mayor oportunidad de visibilidad a la Venezuela pujante que tanto la enorgullece.
“El emprendedor, sobre todo el venezolano, que normalmente ha tenido tan baja autoestima, se reconoce cuando escucha su micro y dice: ‘Dios mío, qué elegante es ponerse el apellido de emprendedor, ¿no?’… Ellos me cuentan su experiencia y el orgullo que generó en su familia el reconocerse como emprendedores. Realmente es muy estimulante para mí y creo que es lo que más me anima a seguir”, sonríe Anzola.
Historias que cambian vidas
La productora disfruta mucho el proceso creativo de sus micros, que antes escribía en su totalidad y que ahora, debido a los compromisos que ha adquirido con su esposo y otras actividades, ha delegado en Marianela de Martínez, quién forma parte del equipo que desde Caracas investiga las historias de emprendedores en las redes sociales, asegurándose de que cumplan con ciertas características para que sirvan de inspiración a los venezolanos, su principal objetivo. “Deben tener al menos 6 u 8 meses funcionando como empresa independiente, ser activos en redes sociales y sobretodo, tener un producto sustentable”, explica Anzola.
Para la periodista, 7 años desarrollando 220 micros anuales, le han dado la experiencia necesaria para brindarle el mismo valor a una historia de emprendimiento que venga de China, Canadá o Venezuela, siempre que el modelo de negocio que allí se muestre, sea fácilmente replicable por cualquiera que escuche. Sin embargo, eso no evita que Floralicia se tope con realidades que la conmueven profundamente. “A mí me llaman la atención las historias que han surgido a partir de la pérdida, porque no había percibido que eso podía ser un disparador en una persona para emprender. Transformar una pérdida en oportunidad es algo que me impacta mucho”, comenta.
Además, son historias con las que su audiencia se identifica rápidamente. Por eso Anzola cuida mucho la producción de sus micros, cuya grabación es realizada en Miami. Luego, su equipo de Caracas los edita y se termina de post producir en la FM 99.9 del Circuito Éxitos, donde se transmiten 3 veces al día: 9 am; 2:00 pm y 8:30 pm, de lunes a viernes. Por ahora el espacio, que es comercializado por la emisora, no tiene publicidad, pero recientemente Éxitos le dio un cupo para que ella también lo comercialice.
Paralelamente, y por si fuera poco lo que hace a diario, Anzola es Emprendedor Social del Área Andina, nombrada por la organización internacional Ashoka, con quien trabajó el evento “Social Changes Maker Day” (Día de los creadores del cambio social), actividad que pretende llevarse a Miami, para replicar el éxito obtenido en Venezuela.
Como buena Leo, ascendente Tauro, Floralicia Anzola también es un motor que no se deja abatir fácilmente. Su mente funciona tan rápido como sus ojos al hablar, por lo que cuando ella y César Miguel tuvieron que salir del país por la persecución a la que fueron sometidos, su primera misión fue asumir el compromiso de no dejar de contar las historias de emprendedores. Anzola considera, que 0800-Flor es una herramienta muy importante para el momento que atraviesa Venezuela, porque hace que las personas, cuando escuchan las experiencias de otros emprendedores, se inspiren y salgan de la “comodidad del quince y último”. Sin embargo, en palabras de la periodista, “como en Venezuela no hay quincena que valga, porque lo que se gana es muy bajo, eso abre la oportunidad para crear un concepto de emprendimiento dentro de la situación en la que estamos”, asegura con optimismo.
Y… por cierto
Floralicia considera que para ser emprendedor, se debe tener el coraje de convertir una pérdida en oportunidad, que el microempresario crea en su propia capacidad porque sin eso no hace nada. También asegura que debe reconocer aquello de lo que no es capaz, para formarse y aprender del ejemplo de otros. Lógicamente Anzola se considera a sí misma emprendedora, pues gestiona dos empresas desde 1995. Con una lleva todo lo relacionado con la producción dramática escrita por César Miguel Rondón, imagen y voz, y con la otra desarrolla contenidos de radio, televisión y teatro, incluidos sus micros. Recientemente pudo abrir una empresa en Estados Unidos para crear contenidos y manejar publicidad en el norte.
– Si no fuese comunicadora social ¿qué le hubiera gustado ser?
-En algún momento pensé estudiar Derecho o Psicología, pero es difícil no ser periodista porque me ha dado tanto, sobre todo la parte creativa que he podido desarrollar. A esta altura, quisiera intentar el arte, ya sea cerámica, escultura o pintura. También me gustaría hacer un libro que reuniera las historias que he contado en tantos años, como una especie de historia del emprendimiento en Venezuela.
– ¿Cuál es el sueño dorado de Floralicia Anzola y qué le falta para cumplirlo?
– Mi principal sueño es regresar a Venezuela; que mis hijos también puedan regresar y poder reunirnos todos con la familia – suspira.
– ¿Le gusta vivir en Miami?
– Nunca había vivido tan cerca del mar. La cercanía del agua me parece sumamente sanadora y motivadora. Donde vivo ahora, probablemente es una cuarta parte del espacio que tenía en Caracas, pero he podido hacer allí un remedo de mi casa, tratando de hacerlo propio, en un lugar mucho más pequeño.
– ¿Se considera una exiliada?
– Sí, porque no puedo regresar. No soy asilada porque aquí no estamos en condición de asilo, somos residentes. Sabemos que el regreso sería un grave error por la persecución a la que fuimos sometidos antes de salir.
– ¿Cuán lejos se siente hoy de Venezuela?
– No me siento lejos porque como trabajo tanto sobre Venezuela es como si estuviera allá, pero con un paisaje distinto. Extraño la subida de la 4ta avenida de los Palos Grandes, donde el Ávila se te presenta como si te estuviera recibiendo con los brazos abiertos; también los araguaneyes amarillos y los apamates que son nuestros y no se consiguen aquí. El contacto con la gente, eso sí está lejos.
– ¿Qué importancia tiene el dinero en su vida?
– Es importante para cubrir lo que necesito para vivir, para poder apoyar a quienes necesitan ese apoyo y no lo pueden producir, y es importante para mí para prever o procurarme un futuro. Tanto César como yo lo que hemos hecho es trabajar. No tenemos seguro social ni nada de eso, ni tampoco somos herederos de nada.
– ¿Cuál es la pregunta que nunca quisiera responder?
– Nunca me han preguntado eso… déjame pensar… ¡Guao! Me conecto con unas emociones tan particulares -se le quiebra la voz- No quisiera responder, aunque la respuesta está allí, pero sería por qué no puedo acompañar a mi mamá que está enferma en estos momentos. Por qué no puedo acompañar a mi hermana que está viviendo eso con mis padres ancianos.
– ¿Y si se la hago?
– Me invade la tristeza y la impotencia -responde visiblemente sensible- no hay respuesta lógica que pueda satisfacerme.