Por: Andreina Mujica
En la sala de exposición de la Alcaldía del Segundo distrito de París se presenta el trabajo fotográfico y escrito de la venezolana nacida en Puerto Ordaz, Oleñka Carrasco.
Del 21 de noviembre al 6 de diciembre.
La mesa está servida y lista para exponer una realidad que duele a diario. En esta cena destrozada por la ira está sentada la venezolana Oleñka Carrasco, es una historia cercana, vuela en el tiempo, son recuerdos que marcan, cicatrices que tienen nombre, nombre de mujer, de madre, de niña.
“Silencio Silencio, callate, callate Intenta olvidar…” susurra la autora sentada en la instalación presentada justo para esta exposición. No es la primera vez que lo expone, ya en el año 2016 le dieron una carta blanca y expuso en La casa de las Mujeres en Montreuil.
Un grupo de bailarinas hacen un performance acompañadas por la voz de la autora, llevan entre sus brazos una tela blanca con una lista interminable de nombres de mujeres víctimas de la violencia, no son nombres al azar, todas y cada una fueron asesinadas. Y ya no están para contarlo, así que Oleñka decidió contarlas a ella no como estadística, sino que su nombre resuene por todas las paredes de la Alcaldía de Paris.
La coreógrafa Hélène Larrodé tiene una amplia trayectoria que va desde modelo, pasando por abogado, aventurera, amante tanto del gesto como de la naturaleza, ha trabajado (entre otros) junto a la gran coreógrafa norteamericana Anna Halprin (1920) (Parades-changes), así que no es de extrañar que este performance sea tan cercano, profundo como doloroso.
Cuando Hélène se integra al grupo de bailarinas, una por una lanza un grito, en un idioma diferente, con un carisma propio, cada una infringe un color a su indignación.
“Pour toutes les femmes victimes de viol collectif”
“Danzò per tutte le donne macellate nell’intimità della loro casa”
“Je danse pour toutes les sorcières brûlées et les femmes victimes de violence”
“Je danse parce qu’en effet cesse le misogyne”
“Bailo por todas las mujeres victimas de abuso en su infancia”
“Bailo por todas las niñas abusadas que pare el abuso”
En este video pueden ver parte del performance de 9 minutos.
No es la primera vez que la artista trabaja en equipo, hace algunos años publicó un libro junto a la poeta española Julieta Valero, durante un año intercambiaron una foto y un texto, el resultado “La Nostalgia es una revuelta” con la editorial Tigres de Papel (2015)
Mas recientemente publicó su diario de 38 días en el Camino de Santiago, acompañado de fotos polaroid el diario se convierte en un hermoso libro que más tarde será publicado bajo el sugestivo título “La Latitud de los pasos” referencia a Las Latitudes de los Caballos, un lugar que se sitúa a 30 grados norte y sur del Ecuador; en los viajes al Nuevo mundo los barcos de vela quedaban atrapados durante semanas sin que el viento soplara, tocaba aligerar la embarcación, se cuenta que hay un cementerio de caballos en el fondo del mar, y que la mayoría de los marinos escuchaban los desesperados relinchos de los caballos por el resto de sus vidas.
Esta historia quedó consagrada en la película de Peter Weir Master and Commander (2003) y en la canción del grupo The Doors (1967) Horse Latitudes.
Para Oleñka si bien hay un antes y después del #MeeToo, el impacto de las redes sociales da una suerte de liberación de la palabra, ahora tenemos una nueva capacidad de denuncia, hay que buscar tocar a los hombres, que se sientan convocados, involucrados. Si vez una mujer que está siendo molestada por un hombre, acosada, agredida y con miedo, debes actuar, no te quedes sin hacer nada.
Una mujer se mata cada dos días en Francia, ya van 136 mujeres víctimas de violencia de género tan solo en el 2019.