Yo soy ya de eso que llaman “la vieja guardia”. Muy tempranito en el colegio, en las clases de gramática, la maestra me enseñó que los verbos copulativos son “ser”, “estar” y “parecer “. No es un asunto menor cuando de comunicación se trata el entender la diferencia entre esos tres verbos.
Los verbos copulativos o atributivos son los que enlazan sujeto y predicado sin aportar información acerca de la acción, que funcionan como vínculo.
En líneas generales, “ser” se usa para referirse a hechos y características y “estar” para describir percepciones y opiniones y también para definir ubicación o situación. Ser significa “existir, ocurrir o suceder”. Estar significa hallarse, “encontrarse en un lugar o situación genérica o específica”. Parecer significa “ser parecido a alguien o a algo”, sin que ello suponga necesariamente serlo.
La narrativa de la vida en Venezuela está marcada por verbos copulativos. Somos ciudadanos privados de derechos. Estamos inmersos en una situación socioeconómica deplorable. Y muchos parecen demócratas pero no lo son y están lejos de serlo.
Algunos somos venezolanos que luchamos por la República (en mayúscula) y por la democracia. Y estamos empecinados en defender nuestros derechos constitucionales y en construir país, y no estamos dispuestos a rendirnos, estemos donde estemos. Pero hay algunos que se empeñan en hipócritamente parecer decentes sin serlo, generosos sin compartir, comprensivos sin empatizar.
Cuando el ser, el estar y el parecer calcen como piezas de un rompecabezas, entonces seremos un país y no la coincidencia geográfica de un gentío, dejaremos de estar sumergidos en pleitos idiotas y dejaremos de parecer para finalmente ser venezolanos de bien, productivos, honrados, honestos, decentes, a quienes la palabra “Patria” no nos quede como disfraz de esquina.