Por: Jean Maninat
En los países donde hay estaciones, la llegada de la primavera desata una alegría colectiva (una energía, se decía en la Era de Acuario) marcada por diversos eventos culturales, entre los que destacan los diversos desfiles de moda, las alfombras rojas, las pasarelas donde las casas de alta costura presentan sus colecciones y los rich&famous se pasean con joyas emprestadas y vestidos que requieren dietas salvajes para poder embutírselos. (¡Me rindo, piedad, alfilerazos no!).
Es natural –por eso es un lugar común- que la gente allá en el Norte celebre la partida del cruento invierno y el anuncio primaveral de un largo y cálido verano. El cine y la literatura están repletos de voluptuosas historias de amor a sol y sal, y la pintura de almuerzos con desnudos sobre la hierba, y damas bajo sombrillas en la playa de Trouville. ¿Pero en un país tropical? ¿A quién se le ocurre en Punta Cana, o Maracaibo, o Varadero, salir a celebrar la primavera con guirnaldas en la cabeza y lanzando flores alegremente a los paseantes? (Viéndolo bien a cualquiera, si ya se celebra el Oktoberfest con todo y pantalones cortos de cuero a lo Bavaria, en pleno calorón. Oh, mein Gott!).
El sector más glamoroso de la oposición venezolana no ha querido quedarse atrás en la celebración primaveral y ha decidido adelantar, para este segundo trimestre del año, la presentación de su colección de candidatos y candidatas presidenciales para 2024, en una movida política que ha sorprendido al planeta entero. Genial, manifestó el politólogo norteamericano Tom Ford, brillante dijo el estratega italiano Giorgio Armani, innovador celebró la filósofa universal Carolina Herrera. En los círculos de asomados al poder en Washington D.C. es el tema obligado de conversación que anima los martinis en los happy hour. Podrá usted contrariarse, pero sin duda se trata de una innovación política importante, no seamos mezquinos en un año de grandes logros vernáculos.
Como si no tuviésemos suficiente con la guerra en Ucrania, o la pos-pandemia, o la inflación y la creciente escasez de productos a nivel mundial, líderes opositores reincidentes vuelven a dar prueba de su tenaz incapacidad para estar en sintonía con la gente, y se lanzan en tropel a hacer el ridículo en una carrera presidencial a destiempo y sin reflexión alguna que la sustente. Fuentes informadas aseguran que ya estarían llegando a la treintena, sin contar los que deshojan la margarita.
Muchos son los mismos que hasta hace nada exhortaban agresivamente a no votar, los principales accionistas de la funeraria abstencionista. A la par de columnistas y formadores de opinión, dan un salto portentoso en el aire, esquivan los proyectiles del pudor intelectual y caen acuclillados y en posición de combate cual Neo, sin rendir cuentas de sus sucesivos cambios de piel. En el Matrix de su práctica política y ética profesional, se sienten más allá de toda obligación de aclarar sus cambios de postura.
Buenas noches, distinguido y elegante público, recibamos con un cálido aplauso en la pasarela central a…