La insensatez pone en peligro futuro de Venezuela – Editorial Analítica

La insensatez pone en peligro futuro de Venezuela - Editorial Analítica
Cortesía: Analítica

Por: Editorial Analítica

La insensatez pone en peligro futuro de Venezuela - Editorial Analítica
Cortesía: Analítica

Si algo resulta alarmante hoy en nuestro país es la tendencia, cada vez más marcada, de anteponer los intereses particulares al bienestar de la colectividad.

Vemos cómo, frente a una de las crisis humanitarias más severas de los últimos años en el mundo, prosperan soluciones parciales a las necesidades de los sectores más favorecidos de la sociedad. Por eso, por ejemplo, proliferan en la ciudad de Caracas, los llamados “bodegones”, lugares donde se consigue prácticamente de todo, pero importado e inaccesible para la gran mayoría de los venezolanos que no tienen ingresos en dólares. ¿Cómo es posible que a diario surjan esos nuevos espacios comerciales? no hay que ser zahorí para entender que detrás de ellos hay complicidades con parte de la nomenclatura gobernante que facilita las importaciones y que suprime los controles a los que si están sometidos los comercios, farmacias y otros expendios que no tienen “vínculos” con la oligarquía dominante.

El tema sobre el cual deberían reflexionar los insensatos que promueven y favorecen esa aparente abundancia es hasta cuándo una población cada día más famélica y por lo tanto desesperada, va a resignarse a contemplar esos estantes llenos de maravillosos productos, que ni soñando podrán algún día adquirir.

Aliviar el bienestar de pocos mientras los más padecen de la mayor escasez que se recuerde en nuestra historia republicana, es sembrar la potencialidad de una chispa que encienda la pradera y recurra a los saqueos para calmar el hambre, tanto física, como espiritual.

Si no cambiamos pronto este nefasto modelo económico, político y social y permitimos que entre masivamente la ayuda humanitaria idealmente garantizada por el R2P de Naciones Unidas y procedamos con la urgencia del caso a constituir un gobierno de transición amplio para reinstitucionalizar al país y con ello sentar las bases para la futura elección libre de los principales órganos del Estado venezolano, entraremos en un estado de caos tal que nos llevará a una situación de sálvese quien pueda y que inevitablemente culminará en un todos contra todos.

La solución la están viendo muy clara en el mundo, mientras que aquí, en Venezuela, siguen prevaleciendo los intereses mezquinos de una clase política a la que solo le interesa el poder por el poder mismo, estén estos ya sea en la cima del régimen, o en las cavernas de la oposición.

Si no sembramos en nuestros corazones la sensatez necesaria para poder decir basta y proceder inteligentemente a buscar una solución negociada, la historia -pero sobre todo nuestros hijos y nietos- nos reclamarán cómo fue posible que permitiéramos que la insensatez prevaleciera.

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