Publicado en: El Universal
Un parroquialismo extravagante circuló que la reelección de Trump dependería de los venezolanos en Florida, y no de problemas de repercusión global, como el bombástico manejo de la pandemia o la incierta y peligrosa deriva de la relación de Estados Unidos y China. Sharon Stone, con familiares enfermos, lo acusa entre lágrimas de “asesino”, dardo al corazón del electorado blanco. García Márquez describe el mundo de los exiliados, lleno de ilusiones, decepciones y auto alivios.
Pero quien estudió la capacidad de distorsión de las endogamias, es Nassim Taleb, en las salas de prensa de los hoteles donde se alojan los periodistas que cubren conflictos. Llama “síndrome del corresponsal extranjero” lo que ocurre cuando comparten información que “viene de buena fuente” y treinta o cuarenta periódicos podrían publicar la misma noticia que inventó un confidente. “Para j… a un tonto -dice Taleb- dale información”.
Las encuestas oscilan, pero en todo caso el planeta Tierra respiraría más tranquilo con Kamala Harris al frente del ala Este de la Casa Blanca, con Biden de la mano, esencialmente porque para que le vaya bien a ese planeta, es necesario que a EEUU le vaya bien. El coronavirus potenció una recesión mundial que venía en marcha desde hace más de dos años y sobre la que alertaban las publicaciones globales. Efecto necesario del plan del aprendiz de brujo contra China.
¿Cómo alguien en ese cargo no calcula que provocar recesión en un gigantesco dragón devorador de insumos y materias primas, hará caer las ventas de sus proveedores, es decir, cinco continentes? No hay manera de entender semejantes actos desde una posición de tanta responsabilidad, que obliga a evaluar las magnitudes geopolíticas y económicas de su posible respuesta. Aparte de crearle problemas económicos a China, al resto del mundo y a EEUU, el delivery trae contorno de provocaciones.
Humillar una princesa
Dos años atrás arrestaron a directora de Huawei en Canadá, solo para humillarla, “por violar las sanciones a Irán”, como si se tratara de una ley internacional y no la decisión de un país. Hace poco EEUU resolvió obstaculizar el desarrollo del 5G, proyecto también de Huawei, y presiona a sus aliados para que actúen en el mismo sentido, lo que implica un retraso para la humanidad entera, como si alguien hubiera impedido el desarrollo del motor a explosión o internet.
Al mismo tiempo, se estimula a India a crear problemas fronterizos en el Himalaya, China denuncia que EEUU promovió la oleada de conflictos en Hong Kong y responde con un estatuto para anular la autonomía de esta provincia, que perdió en vez de ganar. Pero la economía norteamericana está penetrada por capitales chinos. En bonos de la Reserva Federal, tienen en su control un millón de millones de dólares y hay quienes piensan que por intermediarios podría ser 50% más.
En su frenesí chavista y si el electorado continúa dándole la espalda, podría “expropiar” esos bonos, cosa que tal vez explique su empeño en llamar al Covid-19 “virus chino”, como argumento para actuar. Pero la acción más peligrosa de esta ruleta rusa ha sido la visita del Secretario de Salud norteamericano a Taipei. La comunidad internacional sabe que Taiwan para China es un punto de no retorno, en el que no admiten cuestionamiento y por el que podrían ir a la guerra.
La empresa Lockheed Martin, vendió 60 aviones F-16 a Taiwan, a lo que Xi Jimpin respondió inmediatamente. El jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo declaró hace poco, y no al descuido sino en una conferencia, que la concepción de Nixon de la coexistencia con China bajo la doctrina de “un solo país” ya no existía. Biden dijo en tenor contrario que está dispuesto a rebobinar sanciones y aranceles, y devolver las relaciones al período anterior a Trump.
Las gladiadoras no plañen
Fracaso aplastante en política exterior, todos los problemas empeoraron y no logra resolver ninguno. Los errores cometidos fortalecieron al gobierno más repudiado en la historia de Venezuela. Los artífices en WDC han saboteado sistemáticamente una solución de manera asombrosa. Supongo con la idea de que convenía mantener el conflicto en el año electoral. Lo hecho se pueden resumir en el intento, mil veces fracasado en todas partes, de derrocar al gobierno por medio de un bloqueo económico.
Impedir drásticamente una salida negociada y pacífica de la situación, aliándose con grupos de una amplia carrera de fracasos e intereses turbios. Kamala Harris sería mucho más que Vicepresidenta. En el contexto actual, después de las manifestaciones de violencia callejera en Seattle, Portland, Minessota, represión y guerra cultural, su aparición parece providencial y la decisión política de escogerla, brillante.
Padre caribeño, madre india, eminentes profesionales todos, protestante, divorciada de un ex alcalde negro de los Angeles, hace binomio perfecto con un blanco católico. Primera mujer que llega a la Fiscalía de California (además mulata) y senadora junior del Estado. Sin extremismos conocidos en su brillante carrera, ni en su pensamiento podría, ser, con Biden, la esperanza de que la razón política regrese a la Casa Blanca y al mundo. Una self made woman que se construyó sin lamentos.
Lea también: “Malos pensamientos“, de Carlos Raúl Hernández