La verdad verdadera tiene que arraigar, porque no queda más remedio. La salida del país depende de un gobierno orientado por el dogma liberal, que gobierne menos, que no se entrometa en la vida de los gobernados y que deje de trabar las actividades de la libre empresa, sin la cual no hay salida para los problemas venezolanos.
Publicado en: La Gran Aldea
Por: Elías Pino Iturrieta
-Está usted o quiere estar de moda en nuestros días, o suena mucho en las redes sociales de Venezuela. ¿A qué atribuye esa curiosa celebridad?
-Usamos los medios con asiduidad, en grupo o como individuos, sin descansar, sin parar, mandando mensajes y haciendo conciencia sobre la nueva sociedad esforzada y emprendedora que debe existir. Cada día tenemos más seguidores y un liderazgo que compite con la dirigencia tradicional, que está de salida. Por eso estamos metidos en el candelero.
-Pero, ¿eso significa penetración social?
-Consulte el Twitter y otros medios electrónicos y verá que cada vez nos apoya más gente. Eso forma parte de la realidad, a pesar de que algunos dicen que se trata de una ilusión. Son mentes atrasadas, trogloditas, pero poco a poco entenderán que la salida del país depende de un gobierno orientado por el dogma liberal, que gobierne menos, que no se entrometa en la vida de los gobernados y que deje de trabar las actividades de la libre empresa, sin la cual no hay salida para los problemas venezolanos. También hemos hecho asambleas populares.
-Hace usted planteamientos que no han tenido receptividad en Venezuela, por lo menos hasta hoy. ¿Piensa que van a tener arraigo?
-La verdad verdadera tiene que arraigar, porque no queda más remedio. Lo que dicen los programas de los fundadores de los Estados Unidos y de la democracia inglesa, o los suizos, por ejemplo; o muchos pensadores de las escuelas clásicas y modernas que proclaman las virtudes del individualismo y de la responsabilidad ciudadana, tiene un solo destino aquí y ahora: Destruir las ideas de gobierno omnipotente que han imperado durante siglos, e iniciar una nueva y prometedora historia.
-Pero, ¿no es eso ir contra la corriente de la historia de Venezuela?
-El país tiene raíces liberales, solo es cuestión de sembrarlas de nuevo para que el gran árbol fructifique.
-Es un punto que se puede prestar a polémicas, y sobre el cual le pido que volvamos el próximo miércoles.