Por: Pedro Pablo Peñaloza
La disputa que protagonizan Carlos Ocariz y David Uzcátegui en el estado Miranda ilustra parte del drama que enfrenta la oposición venezolana. Por eso jamás pensé que la unidad total fuera posible en ese estado. Aquí expongo las razones para el debate:
1) A riesgo de ser reiterativo, vuelvo sobre un mismo punto: la oposición echa en falta una instancia con reglas claras para resolver sus diferencias y construir acuerdos. También falló al no fijar -de cara al país- unos mecanismos y criterios precisos para escoger a los candidatos.
2) Una comisión encabezada por figuras respetables ha podido asumir el proceso de selección de candidatos, velando por su transparencia. No se hizo así, cada quien se declaró ganador de las encuestas y eso ha conducido a este espectáculo “espanta votos” en Miranda.
3) Los candidatos y partidos en liza atraviesan momentos y apuntan a metas distintas. Ocariz y Primero Justicia (PJ) tratan de mantener “su feudo”. Hace cuatro años, PJ tenía las candidaturas de Zulia y Miranda. Ya perdió la primera y ahora ve que le discuten la segunda.
4) Quizá nadie lo hubiera imaginado hasta hace poco. Ocariz, diputado, ocho años alcalde del municipio Sucre, dirigente nacional y con el apoyo de Henrique Capriles Radonski, cabeza a cabeza con un exconcejal de Baruta. Plantearlo así no disminuye a Uzcátegui, al contrario, muestra cómo ha cambiado el tablero.
5) Ocariz divulga encuestas que lo ponen arriba, pero por un margen muy estrecho. Le pasa factura el fracaso, los errores y la desconexión de estos años. Sin olvidar el desgaste de enfrentar al autoritarismo. Venezuela no es Suiza, lo saben Josep Borrell y el fiscal Karim Khan.
6) Sobre Fuerza Vecinal (FV). Nadie podía esperar de los alcaldes “lealtad” u “obediencia” hacia la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que les dio la espalda en 2017. Pero ahora que tienen la tarjeta MUD, buscan liquidarla con candidatos paralelos en todos los municipios de Miranda y la gobernación.
7) FV impulsa su propio proyecto político. Cada voto y espacio conquistado le serviría para posicionarse. Busca sentarse en la mesa nacional de la oposición tras las elecciones regionales del 21 de noviembre, ser tomado en cuenta como un actor relevante. Con ese objetivo concurren a sus primeras elecciones.
8) FV tiene recursos. Uzcátegui ha destacado que cuenta con el apoyo de empresarios y emprendedores que confían en su triunfo y propuesta. Así, en una época marcada por la intervención de partidos, el acoso y la asfixia económica, FV nace y exhibe músculo para una campaña.
9) FV tiene “libertad” para hacer política. Levantada la inhabilitación contra Uzcátegui, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello resaltan la importancia de FV para el futuro y los alcaldes mantienen una relación respetuosa con el gobernador Héctor Rodríguez, evitando la confrontación política y enfocados en la gestión.
10) Tocará a los electores escoger entre el candidato de la Unidad Democrática y el aspirante de Fuerza Vecinal. Una decisión que pasa por rescatar el estado, sin perder de vista el verdadero objetivo de la lucha: Venezuela y la transición a la democracia. Miranda puede marcar el camino.