El autogol del señor Sánchez – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Soledad Morillo Belloso

Con su posición incoherente con los dichos y actos previos del gobierno de España, el señor Pedro Sánchez anotó un autogol. Tan hábil que lucía en el bailoteo y resulta que ni siquiera supo tirarse al campo y fingir una lesión en la espinilla

Lo de menos es la descortesía del Sr. Sánchez, que al fin y al cabo en parte alguna reza que el presidente del gobierno español deba ser educado y tener buenos modales, aunque vaya si los ciudadanos españoles lo agradecerían, atendiendo y entendiendo que nunca está de más tener maneras de gente civilizada. 

Lo de más, y por mucho, es cómo el Sr. Sánchez desprestigia con su tosquedad la palabra de la institucionalidad española. El peso que los compromisos expresados en cualquier asunto han perdido frente a sus socios/vecinos en Europa y las muchas naciones de América y otros continentes. En el mundo los gobiernos se preguntan, abierta o soterradamente,  cuánto vale la palabra empeñada por España. 

El Sr. Sánchez, en su barroca torpeza, quizás no alcanza a vislumbrar las posibles consecuencias de su impostura. Su garabato diplomático le será de seguro reclamado, en clara y alta voz,  por las fuerzas políticas de su país. Pero aún despidiendo al ministro Abalos y llamando a capítulo a su ministro de Interiores, leche ha sido derramada. Y, para más, el desaguisado no se arregla con insistir en que se evitó una crisis diplomática con un malcriado Maduro. Porque con semejante argumento no se justifica lo que muchos sospechan y otros ya aseguran: que el Sr. Sánchez es el segundo abordo en el gobierno de Iglesias.

Así las cosas, el autogol de Sánchez entra a la historia y se convertirá en la chistosa anécdota que compartirán los españoles en los bares tomándose unos chatos y se pasará de generación en generación.

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