Publicado en: Tal Cual
Por: Laureano Márquez
No está de más que, en este año que comienza, le prestemos algo de atención al horóscopo chino. Realmente el “año del buey”, no ha comenzado aún, lo hará el próximo 12 de febrero. Los chinos se rigen por el calendario lunar; para recibir al año nuevo suelen hacer concurridas celebraciones en la que brillan fuegos artificiales y desfile de dragones. Es para ellos tiempo de reuniones familiares en las que cantan esta pegajosa canción:
我不会忘记那年,因为他留给我好买东西,我给自己留了一只山羊,一头黑驴,一头白马和一个好婆婆。
Para la fecha suelen reunirse en familia, con lo cual se produce la mayor migración humana del planeta. Seguramente, este año, a causa de la pandemia, será distinto. De todas maneras, a diferencia de Occidente, las autoridades chinas toman medidas muy severas para la protección de la vida de sus ciudadanos –aunque se les vaya la vida en ello (a los ciudadanos, claro)– y todo el mundo obedece, como en los tiempos de Puyi.
Pero volvamos al horóscopo. Lo primero que hay que señalar es que, si usted es nacido bajo el mismo signo del año que comienza, será un año de mala suerte.
En Venezuela llevamos 21 años de mala suerte, pero no tiene nada que ver con el horóscopo chino. Bueno, al menos no del todo.
La mala suerte se contrarresta colocándose un listón rojo durante los doce meses. Aunque volviendo al caso nuestro, la mala suerte la produjo casualmente el listón rojo (muchos creen que no es listón, sino lo contrario). Los nacidos en este año, sin embargo, serán inteligentes, bondadosos, gente de ambiciones e ideales, con gran apego a la familia y al trabajo.
Realmente se trata del “año del buey de metal”, como decir el toro que Gómez mandó a colocar frente a su casa en Las Delicias de Maracay (aunque al de Maracay le sobra algo que al buey le falta).
El componente metal es importante, porque es lo que energiza a este año, tengamos en cuenta que los bueyes son animales de trabajo, dos bueyes en una yunta tienen un poder de tracción raras veces superado, aunque se han visto casos. Los bueyes son honestos y sinceros: nadie ha visto nunca a un buey robando o mintiendo.
No se trata, además, de cualquier metal: es el “año del buey de oro”. Esto barrunta prosperidad, particularmente para China, que es la dueña del horóscopo, porque en el resto de la humanidad se anuncian dificultades económicas y caídas en el PIB, en el IPC, en el BID, en el BTV y hasta en el PIN, quizá el único incremento que se vislumbra es el de Telegram. Del Twitter, mejor no hablar, no vaya a ser que nos lo bloqueen. De todos modos, no deja de ser curioso que el país que fue epicentro de la pandemia, sea el que mejor se recupera. No vamos a elaborar ninguna teoría al respecto, afirmación esta última que ya es tendenciosa.
Por otro lado, este será el año de la vacuna, denominación que viene de la vaca, que vendría a ser la esposa del buey, si este no hubiese tomado la decisión irrevocable de mantenerse soltero. El tema suscitará polémicas y controversias (el de la vacuna, digo, no el de la soltería del buey, aunque también y cuidado si no más).
Parece que este año estará marcado por la pandemia y la posibilidad de generar eso que llaman «inmunidad de rebaño». Ojalá que logremos la inmunidad y no terminemos convertidos en un rebaño a merced de los amos del planeta.
En lo que toca a nuestra patria, las cosas serán muy parecidas al año anterior, solo que un poquito peor, como ya es tradición en las últimas dos décadas. Es decir, en la práctica, para nosotros no entrará el año del buey de oro, sino que tocará seguir con la rata.