Cierra con una aprobación de 52%, sentando las bases para lo que espera lograr en los próximos cuatro años
Publicado en: El Heraldo de México
Por: Lila Abed
Esta semana Joe Biden cumple 100 días como presidente de Estados Unidos. La tradición empezó con Franklin D. Roosevelt (FDR) en 1933, cuando consiguió la aprobación de una serie de leyes en el Congreso al inicio de su mandato diseñadas para contrarrestar los efectos de la Gran Depresión. Desde entonces, los primeros cien días de una nueva administración establecen las prioridades del presidente y su capacidad de realizar sus promesas electorales.
Biden heredó un país sumamente polarizado y dividido. Inició su mandato con la sombra del desastre que dejó su antecesor: el ataque al Capitolio del 6 de enero y el segundo juicio político contra Trump en el Congreso. Sin embargo, el presidente rápidamente revirtió las políticas más polémicas de su predecesor republicano: acabó con la construcción del muro y la mayoría de sus medidas migratorias, reincorporó a EE. UU. a tratados internacionales, recuperó las alianzas tradicionales en el mundo y regresó la estabilidad a la Oficina Oval.
Sin lugar a duda, su mayor éxito ha sido la implementación de una estrategia contundente para abatir la pandemia del coronavirus. En el día 92 de su gobierno, se habían aplicado más de 200 millones de vacunas, duplicando la meta inicial de 100 millones. Como complemento, logró la aprobación de un plan de rescate valorado en 1.9 billones de dólares para estimular la economía y apoyar a los ciudadanos más afectados por la crisis sanitaria.
En su primer mes, firmó 32 órdenes ejecutivas en distintas materias, superando el record de FDR. Cumplió con su promesa de presentar una reforma migratoria integral y un plan de infraestructura ante el Congreso, al igual que priorizar la diversidad, la igualdad racial y los derechos de las minorías. Cuenta con el gabinete más diverso en etnia y género en la historia del país y ha estado al frente de la batalla de las injusticias que sufre la comunidad afroamericana. Su mayor reto en la agenda nacional es y será negociar con sus opositores en el Senado, cuyo apoyo es fundamental para la aprobación de muchas de sus iniciativas. La polarización política, en particular con el liderazgo de Trump en el partido republicano, ha dificultado la posibilidad de lograr acuerdos bipartidistas.
Pese a su intención de instaurar una política migratoria digna y humana, el número record de personas y menores no acompañados cruzando la frontera entre México y Estados Unidos lo ha forzado a tomar acciones inmediatas para frenar el flujo migratoria proveniente del Triángulo Norte. Se ha convertido en una crisis humanitaria y política para el presidente, una que si no resuelve a corto plazo podrá poner en riesgo la mayoría demócrata en el Congreso en las elecciones intermedias de 2022.
Si bien Biden se ha concentrado en la política doméstica, dada la gravedad de la pandemia, su injerencia en el escenario mundial ha sido determinante. En poco tiempo, ha dejado claro que el asilamiento de Trump terminó y que “América ha vuelto”. Marcó el retorno al multilateralismo, la interdependencia entre países, la protección de los derechos humanos, el fortalecimiento de la democracia y la lucha contra el cambio climático. Reafirmó el compromiso de Estados Unidos con aliados estratégicos, como la OTAN, Japón y Corea del Sur.
No obstante, existe una preocupación de que la Casa Blanca abrió demasiados frentes a la vez, impulsando una estrategia dura en contra de Rusia, China e Irán, sin olvidar la amenaza nuclear que representa Corea del Norte. Anunció la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán y reconoció oficialmente como genocidio la masacre de armenios bajo el Imperio Otomano, arriesgando una ruptura con Turquía.
El presidente Joe Biden cierra sus primeros cien días con una aprobación de 52%, sentando las bases para lo que espera lograr en los próximos cuatro años. El 28 de abril, hablará por primera vez ante una sesión conjunta del Congreso y le dará la oportunidad de informar sobre los avances y desafíos que enfrenta Estados Unidos durante momentos históricos. La siguiente prueba de fuego serán las elecciones intermedias de 2022.