Por: Juan Carlos Perezsegnini Rodríguez
El Día Después es el comienzo de un proceso de reconstrucción económica para los venezolanos, que requiere intervenciones simultáneas en múltiples sectores de la economía, que durará varios años y que necesitará la coordinación de programas de financiamiento de países donantes e instituciones financieras internacionales, reveló recientemente en una entrevista Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
El BID es una institución financiera internacional creada en diciembre de 1959 por Convenio Constitutivo, suscrito por el Poder Ejecutivo y ratificado por el Poder Legislativo de 48 países miembros, para impulsar el desarrollo económico y social de los países en vías de desarrollo de las Américas y el Caribe. El BID ha asistido a otros países miembros en las crisis que estos han sostenido; tiene instrumentos financieros apropiados y la capacidad de crear nuevos instrumentos y de administrar recursos de terceros. Coordinar adecuadamente los programas de apoyo financiero es crucial para el éxito de los esfuerzos que se requieren emprender; y el BID tiene la capacidad y experiencia como honest broker del sistema financiero interamericano para acometer dichos esfuerzos.
La Venezuela Maula no ha cumplido sus compromisos frente al Banco desde hace un año y dejó de recibir préstamos del BID desde hace muchos más. Sin embargo, a finales del mes pasado, el presidente interino de Venezuela comunicó formalmente al BID, la designación de Ricardo Haussmann y Gina Montiel como los nuevos representantes del país en la Junta de Gobernadores y Directorio Ejecutivo del Banco. Haussmann tiene una visión clara de lo que se requiere para la reconstrucción de Venezuela y Montiel conoce perfectamente al Banco, luego de una larga y meritoria carrera en la institución. Ambos venezolanos pueden proponer al Banco estrategias, programas y nuevos instrumentos para Venezuela. La validez de estas designaciones se anunciará este mes de marzo en la Reunión Anual de Gobernadores del BID 2019 en Chengdu/China. Un grupo mayoritario de países del BID ya ha reconocido públicamente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela; y, la gobernanza del Banco hace que sus decisiones se adopten en función del peso de las contribuciones económicas que los países miembros aportan a su capital social, hoy sobre US$170.9 Billones. En el BID la votación se computa como en las corporaciones privadas, cada país accionista ostenta el peso de su aporte: 28 países Regionales LAC 50.015% y USA/Canadá 34.007%; y 20 países No-regionales 15.978%. En la OEA todos los países miembros son iguales y cada uno tiene un voto.
Luis Alberto Moreno conoce lo que los venezolanos requieren para la reconstrucción económica de su País, tiene experiencia en coordinar a los donantes para cometidos similares (aunque la magnitud de esta crisis es inmensamente incomparable) y ha logrado que el Banco ejecute prontamente los programas que se propone. La solidaridad de la Región es esperanzadora; y que el presidente del BID este presto a que la institución participe en la reconstrucción económica de Venezuela, es reconfortante. No es fácil domar y hacer mover a instituciones con vida propia; pero Moreno lo ha logrado hacer, la Región clama Venezuela Libre y la comunidad internacional apoya el esfuerzo de los venezolanos para su reconstrucción económica.
Preocupa la inercia con que estas instituciones asimilan cambios de gobernanza. El BID se consolida en la Región, a diferencia del Banco Mundial, gracias a la larga permanencia en el tiempo de sus presidentes. A estas instituciones les tarda años acoplarse cabalmente a los cambios de su Administración. Ojalá que la elección BID2020 o el arranque de una nueva Administración no afecte la capacidad, creatividad y celeridad del Banco en la coordinación, preparación y ejecución de programas multianuales para la reconstrucción económica de Venezuela. Hace 4 años en un ambiente de business as usual lucía importante establecer reglas de alternancia en la jefatura del BID; pero hoy la tragedia económico-social en Venezuela exige un Banco en óptimas condiciones de emprender el enorme esfuerzo que demandará su reconstrucción.
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