Por: Juan Carlos Perez-Segnini Rodríguez
Consterna el “Gran Viraje”, que, en tan solo días, ha dado la política exterior mexicana para respaldar al último usurpador venezolano, influenciada por afinidad, romanticismo, retribución, mera simpatía o por lo que sea. Lo cierto es que cualquier justificación es irrelevante. El Gran Viraje se sustenta en las atribuciones presidenciales y no requiere justificación. Es un nuevo modo de pensar, distinto al que México había orgullosamente sostenido.
No distorsionemos la historia con un trompismo-mexicano que reescribe verdades para hacer la nueva postura un tantito más aceptable. Lo cierto es que el Gran Viraje contradice la más admirable parte de la historia de la política exterior mexicana, encapsulada en las posturas que frente a Franco sostuvo el General Cárdenas y en la célebre frase de Adolfo López Mateos: ‘Con España todo, con Franco nada’.
Luis I. Rodríguez Taboada, hijo predilecto de Guanajuato por disposición de su XXV Legislatura, en 1939 fue designado por el presidente Lázaro Cárdenas como Ministro Plenipotenciario de México en Francia. El libro “Ballet de Sangre” (http://biblioteca.diputados.gob.mx/janium/bv/md/LXII/Ballet.pdf) con Capitular de Pablo Neruda, nos presenta las memorias de la gestión diplomática del embajador Luis I. Rodriguez durante la ocupación de Francia por el ejército alemán. Fueron momentos históricos de una diplomacia mexicana que guardó absoluto respeto por la institucionalidad democrática, el estado de derecho y los valores humanos. A pesar del principio de “No-Intervención” detrás del cual hoy se esconde México, el gobierno del General Cárdenas valientemente se enfrentó al también usurpador gobierno de Francisco Franco y protegió a los españoles republicanos desterrados a Francia. Algunos de ellos lograron venir a México, porque así lo quiso el General Cárdenas y contribuyeron al desarrollo del país. El libro además cuenta la vida en el exilio de Manuel Azaña, presidente de la República Española (1936-1939), quien muere en habitaciones declaradas como embajada de México. Su féretro fue arropado con la bandera mexicana -para enojo de Franco- pues el Mariscal Petain (Jefe de Estado de la Francia ocupada) prohibió su entierro con la bandera republicana.
Entonces, NO ES CIERTO que bajo el principio de No-Intervención se deban apoyar regímenes usurpadores. ¡No es cierto! Ese principio no es absoluto y lo uno no obliga a lo otro. Cárdenas sostuvo valientemente una postura distinta frente al usurpador Francisco Franco y Luís Echeverría hizo lo mismo frente al usurpador Augusto Pinochet. Fueron verdaderos líderes en otro México, donde la política de estado era confrontar a los regímenes usurpadores y apoyar la libertad. ¡Que no nos cambien la historia para justificar este Gran Viraje! México se aísla de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú para respaldar a un usurpador afín en Venezuela. Estas son las prioridades del nuevo gobierno de México.
En una conversa hipotética con el ilustre embajador Luís I. Rodriguez -producto de un sueño- Papaluís me decía, sobre el Gran Viraje: ¿Te imaginas a Andres Manuel o a Marcelo, en 1939, como Cancilleres del General Cárdenas? ¡Habríamos reconocido a Francisco Franco en base a ese principio de No-Intervención que ahora nos presentan como política de estado! Ojalá no haya perdido yo algunos años de vida en aquella angustiante y terrible guerra en Francia; y, Ojalá no haya malpuesto yo nuestra bandera sobre el féretro de aquel Tío, como me lo instruyo el presidente Cárdenas. ¡Que lo digan los mexicanos que no se dejan engañar!