Publicado en: La Gran Aldea
“Parasite” es sin duda alguna mi película favorita del año, y va a ganarse seguramente el Oscar a mejor película extranjera, siendo el primer film coreano en hacerlo. Pero además, a diferencia de “Roma” (2018), la cual fue súper promovida por Netflix y disponible para todos, esta joya un poco más recluida y difícil de conseguir puede quizás ganar más premios en esta temporada.
La gran sorpresa de 2019 fue que la obra maestra que presentó el director y escritor coreano Bong Joon-ho (“Okja” 2017, “Mother” 2009), “Parasite”, contagió a la industria cinematográfica occidental, incluyendo a Hollywood. La película que empezó con una premiere limitada en Estados Unidos, se volvió rápidamente una sensación luego de que ganara la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, siendo la primera película coreana en lograrlo.
“Parasite” es una joya de cine, hecha con meticulosidad y mucha atención. No es descabellado decir que jamás habrá una película sobre clases sociales como ésta, la cual no busca ser propaganda de ninguna ideología particular, sino sólo mostrar una historia que si bien sucede en Seúl, podría suceder en cualquier ciudad de Latinoamérica, Europa o Estados Unidos. En 132 minutos, Bong Joon-ho muestra una película que al comienzo parece comedia, luego drama, y finalmente suspenso (Spoiler alert).
Con “Parasite”, Bong Joon-ho cuenta la historia de la familia Kim, la cual vive en un apartamento semi-subterráneo en algún barrio de Seúl, la cual contrasta en todos los sentidos con la opulenta y adinerada familia Park. Ambas familias se conectan cuando el hijo de la familia Kim, Ki-woo, comienza a trabajar de tutor de inglés para la hija de la familia Park, luego de ser recomendado por un amigo y de pretender que se graduó con honores de una universidad y que maneja muy bien el inglés. Pocos minutos después de su primera sesión de tutoría, Ki-woo, al escuchar que el hijo menor de los Park se interesa por el arte pero tiene una personalidad complicada, aprovecha de recomendar a una amiga de una amiga (que en realidad es su hermana Ki-jeong) para ser su terapeuta artística. Es así que la familia Kim se empieza a infiltrar en la mansión de la familia Park a través de estafas. El padre Kim se convierte en el chofer del padre Park, y la madre Kim se convierte en la señora de servicio de la familia Park, luego de que los Kim se las ingenian para que la señora que tenía años trabajando con los Park fuera despedida.
Esta primera mitad de la película induce la risa. Pero rápidamente la trama se vuelve más compleja y nos muestra de forma literal la metáfora que el director Bong Joon-ho había anticipado cuando declaró que ésta era una “película escalera”: No sólo hay una familia en el tope de la escalera (los Park) y una familia semi-subterránea (los Kim), sino que hay una tercera familia, conformada por la antigua señora de servicio y su esposo, quien lleva cuatro años viviendo escondido en el subsuelo de la mansión Park. Cuando la familia Park se va de campamento, los Kim se apoderan de la casa y disfrutan de todos sus lujos, sin saber que pronto se encontrarían con esta tercera familia. Es aquí cuando la tragicomedia se torna thriller, ya que ninguna de las dos familias quiere que la otra familia le delate su verdad a la familia Park. Empieza entonces un “sálvense quien pueda” que desemboca en la familia Kim dejando atrapados a la tercera familia en el subsuelo.
Cuando la familia Kim regresa a su casa, encuentran que todo está siendo inundado por agua residual y de lluvia, por lo que terminan perdiendo casi todas sus pertenencias y durmiendo en un refugio. Al día siguiente vuelven a la casa de los Park, a continuar su rol de desconocidos que trabajan para la misma familia. Pero cuando intentan finiquitar la situación que habían dejado en el subsuelo, todo empeora. El esposo de la antigua señora de servicio, la cual había muerto la noche anterior, logra salir del subsuelo y apuñala a Ki-jeong. En medio del despelote, el padre Park le pide al padre Kim que deje de sostener a esta muchacha que, a ojos de Park es una extraña para Kim, y que lo ayude a llevar a su hijo menor al hospital porque se había desmayado. Pero claro, Kim tenía que velar primero por su hija, y es por eso que -harto de las desconsideraciones del padre Park- Kim decide apuñalarlo.
Mientras todo esto ocurre, surge un tema que es muy importante para Bong Joon-ho cuando concibió la película: Las metáforas. Para él toda la película está repleta de metáforas, y es crucial que uno de los personajes de la historia, Ki-wook, parece siempre estar consciente de esto. Por ejemplo, cuando el amigo que le recomendó el trabajo de tutoría le regala una roca antigua pesadísima, Ki-wook ve el regalo como una metáfora. Pero poco sabía que terminaría siendo esa misma roca (esa misma metáfora que lo acompañó en las estafas) la que le caería en la cabeza, cuando el esposo de la tercera familia lo intenta matar.
De “Parasite” se pueden decir muchas cosas. Es una película de muchos detalles. No sólo importa la roca de regalo, sino también la astucia del niño pequeño de los Park, quien logra identificar que los Kim huelen “igual” cuando está cerca de ellos en su casa. El olor es, además, quizás el corazón del clímax, ya que el señor Kim llegó a escuchar al señor Park decir una vez que no le gustaba el olor de Kim, que olía a rábanos. Y es precisamente olerlo con desprecio una de las últimas acciones de Park antes de que Kim lo asesinara.
Además, el niño pequeño de los Park es importante porque sabe comunicarse en Código Morse e identifica que una de las luces de la sala pareciera hablar en este método. Esta luz conecta con el subsuelo y puede ser manejada por quien esté ahí. Esto importa porque luego de los asesinatos, el señor Kim se refugia en el subsuelo y adopta la vida de la tercera familia, para poder huir de la justicia por sus actos. Ki-wook un día se acerca a la mansión, la cual ahora era hospedada por una familia alemana, y a lo lejos logra ver que la luz se prende y se apaga, como usando Código Morse, y logra descifrar que su padre siempre ha estado ahí. Esto también demuestra que la escalera siempre va a estar ocupada: Con una familia arriba, otra abajo y otra en el subsuelo.
La película cierra con una última fantasía, cuando Ki-wook le escribe una carta a su padre diciéndole que sabe que está en el subsuelo y que va a estudiar y hacer mucho dinero para poder comprar la casa y que su padre pueda simplemente salir del pasadizo secreto a la luz y reunirse con su esposa y su hijo (su hija había muerto luego del apuñalamiento). Pero de esa imagen de Ki-wook abrazando a su padre, volvemos a una toma muy parecida a la inicial, en la casa del apartamento semi-subterráneo donde se encuentra Ki-wook escribiendo la carta. Queda en manos del espectador decidir si creer que Ki-wook logrará lo que se propone o no.
“Parasite” es sin duda alguna mi película favorita del año, y va a ganarse seguramente el Oscar a mejor película extranjera, siendo la primera película coreana en hacerlo. Pero además, a diferencia de “Roma” (2018), la cual fue súper promovida por Netflix y disponible para todos, esta joya un poco más recluida y difícil de conseguir puede quizás ganar más premios en esta temporada.
Conoce las 13 películas que estoy analizando, y acompáñame en la ruta por la conquista de un Oscar.
A continuación las posibles nominaciones a los Premios Oscar
(* probabilidad alta de ser nominado, ** probabilidad alta de ganar):
Mejor película: Bong Joon-ho, Kwak Sin-ae, Moon Yang-kwon
Mejor director: Bong Joon-ho *
Mejor guión original: Bong Joon-ho, Han Jin-won *
Mejor película extranjera: Bong Joon-ho, Kwak Sin-ae, Moon Yang-kwon **
Mejor montaje: Jinmo Yang *
Mejor banda sonora: Jung Jae-il
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