Publicado en: La Gran Aldea
Con las maravillosas actuaciones de Scarlett Johansson como una madre sentimental pero determinada; Thomasin McKenzie como una adolescente judía tanto tenebrosa como dulce; y la revelación del pequeño actor inglés Roman Griffin Davis, que para mí debería estar nominado a un Oscar a Mejor Actor como mínimo. “JoJo Rabbit” cuenta una historia que por muchos años nadie quiso contar; con un libreto variado y distinto, con momentos sutiles y lentos, y otros rápidos y bruscos. Una película para pasar un buen rato y para volver a verla, una y otra vez.
Cuando la película “JoJo Rabbit” fue anunciada y comenzó a ser patrocinada, al ver de qué trataba, más de uno titubeó y dudó. Del director neozelandés Taika Waititi, famoso por “Boy” (2010) y por su entrada a Hollywood con “Thor: Ragnarok” (2017). “JoJo Rabbit” cuenta la historia de un niño alemán apodado Jojo (Roman Griffin Davis) que empieza a formar parte del campamento Deutsches Jungvolk Hitler’s Youth, donde niños de 10 a 14 años se adoctrinan a las filas del Nazismo a través de actividades tipo Boy Scouts. Lo distintivo es que Jojo está feliz de formar parte de este campamento, ya que él se identifica como Nazi y tiene como mejor amigo imaginario al propio Adolf Hitler (Waititi).
A simple vista, “JoJo Rabbit” es una película cinematográficamente familiar a “Moonrise Kingdom” (2012) de Wes Anderson que parece más ficticia que real. Pero si bien la historia de Jojo no está basada en una historia real particular, no es difícil imaginar que su vida fue similar a la de otros niños de su edad -quienes crecieron entre 1935-1945 con el Führer, padre de la patria, Adolf Hitler, como el mayor de sus ídolos. Además, otro detalle significativo de la trama es el hecho de que la madre de Jojo (Scarlett Johansson) está escondiendo en el ático de su casa a una adolescente judía, Elsa Korr (Thomasin McKenzie), cosa que tampoco era una rareza en la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, es fácil adentrarse en el mundo de “JoJo Rabbit” entendiendo que al final es tanto una ficción como una realidad (Spoiler alert).
Jojo gana su sobrenombre “Jojo rabbit” cuando se niega a matar a un conejo en su primer día en el campamento. Este tipo de escenas nos demuestran que si bien Jojo era en la superficie un adepto a Hitler, a la hora de la verdad es simplemente un niño de 10 años. Esa escena inicial nos abre la puerta a la cabeza de Jojo, quien reflexiona con su amigo imaginario Adolf cada momento que le causa ansiedad o preocupación. Una cabeza de niño llena de fantasías y de información no filtrada, lo que le lleva a pensar que Elsa -la adolescente que descubre en su ático- al ser judía, es una especie de murciélago demoníaco que se guinda de las paredes cuando no la ve y que le lee la mente. Al comienzo, Jojo piensa que Elsa engañó y convenció a su mamá para que se pudiera quedar con ellos. Pero al no poder decir públicamente que Elsa está en su casa, ya que eso le traería problemas a su mamá, Jojo decide compartir más tiempo con ella para aprender más sobre los judíos y sus “malvados súper poderes”.
En este ínterin, a través de las conversaciones entre Jojo y su mamá, aprendemos que su papá se fue a la guerra en Italia y que no ha vuelto desde ese entonces. Esto ha supuesto un peso para su mamá, quien pasa gran parte del día fuera, y cuando está con Jojo prefiere no hablar de política. La relación de ambos es hermosa; con la mamá preocupada por las visiones nazi de su hijo, pero al mismo tiempo entendiendo que esas visiones lo mantienen hasta cierto punto a salvo. En una oportunidad, la mamá le dice a Jojo que él es tan solo un niño y debería pasar su tiempo haciendo otras cosas, y que lo más lindo en el mundo es bailar, ya que es una demostración de libertad.
Otra escena importante es cuando Jojo y su mamá caminan por una plaza y se encuentran a cuatro alemanes colgados con notas anti-nazi pegadas en su cuerpo. Estas mismas notas de propaganda contra Hitler las tiene la mamá de Jojo en su casa, lo cual lo confunde a él. En el transcurso de la película, Jojo empieza a conocer más a Elsa, con quien pasa la mayoría de su tiempo, especialmente después de que el segundo acto de la película cierra con una toma particular: Los zapatos distintivos de la mamá de Jojo guindando en una plaza con una de las notas anti-Hitler luego de ser colgada por la Gestapo. De ahí en adelante, la película narra las últimas semanas de la Alemania nazi, con la invasión de los estadounidenses y los niños de Hitler Youth participando en la defensa de la ciudad. En la última escena Jojo le dice a Elsa que puede salir, que él la va a proteger. Al salir a la calle y ver que es libre, Elsa, quien también tenía una relación cercana con la mamá de Jojo, empieza a bailar.
Aunque todo lo que narro puede verse como oscuro y sombrío, la película es verdaderamente graciosa. El propio Taika Waititi, neozelandés judío, es el que interpreta a Adolf Hitler, cuyas líneas en la película no son de pensamientos de un niño de 10 años, son una burla satírica del verdadero Hitler. Los chistes son graciosísimos, pero sin duda alguna, puede haber más de uno que sienta que algunas de las bromas se pasan de la raya. De igual forma, es innegable que el mensaje de la película es anti-odio, y que si bien muestra a los nazis como personas terribles, los presenta como seres humanos. Pero que Jojo al ser un niño de 10 años es redimible, mientras que el resto de los nazis no. Éste es un mensaje que, al menos inicialmente, ha calado en la audiencia. De hecho, “JoJo Rabbit” se ganó el premio de la audiencia cuando fue estrenada en septiembre en el Toronto International Film Festival (TIFF), premio que también ganó “Green Book”(2018) el año pasado antes de ganarse el Oscar a Mejor Película.
La película está muy bien ambientada. Inicia con la versión en alemán de The Beatles de I Want To Hold Your Hand (Komm Gib Mir Deine Hand) -la cual grabaron en 1964, cuatro años después de haber vivido en Alemania por unos meses-; y cierra con la versión en alemán de David Bowie con Heroes (Helden) de 1977, la cual escribió inspirándose en la historia de dos amantes, uno en Berlín occidental y otro en Berlín oriental. Todo esto ornamentado con maravillosas actuaciones de Scarlett Johansson como una madre sentimental pero determinada; Thomasin McKenzie como una adolescente judía tanto tenebrosa como dulce; y la revelación del pequeño actor inglés Roman Griffin Davis, que para mí debería estar nominado a un Oscar a Mejor Actor como mínimo.
“JoJo Rabbit” cuenta una historia que no es inédita ni anacrónica, y que por muchos años nadie quiso contar. Una historia del ayer, el hoy y el mañana, con un libreto variado y distinto, con momentos sutiles y lentos, y otros rápidos y bruscos. Una película para pasar un buen rato y para volver a verla, una y otra vez.
Conoce las 13 películas que estoy analizando, y acompáñame en la ruta por la conquista de un Oscar.
A continuación las posibles nominaciones a los Premios Oscar
(* probabilidad alta de ser nominado):
Mejor película: Carthew Neal, p.g.a, Taika Waititi, p.g.a, Chelsea Winstanley *
Mejor director: Taika Waititi
Mejor actor: Roman Griffin Davis
Mejor actriz de reparto: Scarlett Johansson
Mejor guión adaptado: Taika Waititi, basado en el libro “Caging Skies” de Christine Leunens *
Mejor cinematografía: Mihai Malaimare
Mejor montaje: Tom Eagles
Mejor diseño de producción: Ra Vincent, Nora Sopková
Mejor vestuario: Mayes C. Rubeo
Mejor banda sonora: Michael Giacchino
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