Cuando Derek Jeter llegó a 3 mil hits – Mari Montes

Cuando Derek Jeter llegó a 3 mil hits - Mari Montes
Cortesía: Prodavinci

«Derek Jeter ha sido convocado por los dioses del béisbol para llevar la antorcha, ayudar a salvar al equipo, el estadio, e incluso al propio juego de béisbol»

Peter Richmond en la revista GQ (septiembre de 1998)

Publicado en: Prodavinci

Por: Mari Montes

Solo si usted es capaz de convertir su jardín en un campo de béisbol para que jueguen fantasmas estelares, no hay forma de que la ficción supere a la vida real.

El béisbol siempre es sorprendente y hay figuras sobresalientes que se convierten en verdaderas joyas de los diamantes en su tránsito hasta llegar a la inmortalidad.

Derek Jeter debutó en 1995. Esta cronista ya tenía algunos meses reportando los hechos del béisbol de Grandes Ligas, así que seguí toda su carrera, hasta su retiro y ahora lo veo como CEO y copropietario de los Marlins de Miami, equipo que adquirió con un grupo de inversionistas en 2017.

A su talento para jugar béisbol, hay que sumarle otras cualidades como la disciplina, el ser competitivo y liderazgo. Todo lo que le hizo ganarse el respeto de millones de fanáticos.

Entre los hitos que definieron la carrera de Derek Jeter, está su llegada a los 3 mil imparables. Como si fuera parte de un plan, los Yankees regresaron a Nueva York y Derek Jeter tenía en su cuenta 2 mil 998 hits de por vida, así que la escena quedó para que el evento fuese en casa, en el Yankee Stadium, donde “El Capitán” se convirtiera en el primer “Bombardero” con la ansiada cifra.

El viernes se suspendió por lluvia, así que la historia se pospuso para el sábado en la tarde. Los duendes del béisbol suelen ser así, caprichosos, gustan de libretos increíbles, no se dejan ganar por los escritores de Hollywood.

Con la puntualidad inalterable de los juegos de la tarde, el duelo comenzó a la 1:05, hora del este.

Desde que Bob Sheppard  murió en 2010, Derek Jeter pidió que la grabación del legendario anunciador de los Yankees siguiera presentándolo en cada turno. Aquel sábado, en su primera vez al bate, se escuchó “La Voz de Dios”.

«¡Al bate, el short stop, Derek Jeter, número 2, Derek Jeter!»

Entonces vino la conexión hacia el jardín izquierdo, entre tercera y el campo corto. Llegó a 2 mil 999 imparables y el Yankee Stadium coreó su nombre, todos de pie, emocionados por la cercanía de una hazaña, increíblemente inédita, para el equipo más ganador de la historia del juego.

Ningún Yankee había llegado a la cifra y sólo 7 en su historia pasaron de los 2 mil hits: Lou Gehrig 2.721, Babe Ruth, 2.518, Mickey Mantle, 2.415, Bernie Williams, 2.336, Joe DiMaggio  2.214, Don Mattingly,  2.153 y Yogi Berra, 2.148.

Derek Jeter, un Yankee de pura cepa, salido de las granjas, mimado desde siempre, uno de los mejores Yankees de todos los Yankees, era el elegido para inscribirse en la lista del elitesco club.

Si alguien hubiese dicho más temprano que el hit 3 mil sería un cuadrangular, muchos habrían dudado de esa posibilidad. Jeter apenas había conectado 2 jonrones desde abril. Tal vez sólo los fanáticos con más imaginación e incluso un poco exagerados, habrían pronosticado que la pelota iría a los bleachers. Si alguien lo hubiese dicho antes, habría parecido increíble, como de “final feliz” de película de matinée. Habría sonado como una historia fantasiosa.

Pero los duendes del béisbol, ya lo hemos comprobado, se divierten mucho creando las mejores situaciones de la historia y ese sábado era especial, se trataba de uno de sus favoritos. Los hombrecitos de la magia lo volverían a hacer.

Otra vez “La voz de Dios”.

«¡Al bate, el short stop, Derek Jeter, número 2, Derek Jeter!»

Entonces el número “2”, segundo en la alineación, en el segundo turno, a las 2 en punto de la tarde, se convirtió en el segundo hombre de la historia cuyo hit tres mil fue un cuadrangular (el otro fue Wade Boggs).

La mandó a las gradas del jardín izquierdo y recorrió las bases del “nuevo” parque que bien podría decirse fue construido por él, así como se decía que el anterior había sido edificado por “Babe” Ruth.

No conforme con llegar a la deseada meta de los 3 mil hits con soberbio jonrón, después disparó un doble y nos hizo ilusionarnos con la posibilidad de “la escalera”. En la mañana habíamos visto que se cumplía un aniversario más desde la primera vez que el “Yankee Clipper”, Joe DiMaggio, conectó el primero de los dos “ciclos” que logró en su carrera. Invocamos el recuerdo, pero los duendes prefirieron que se fuera “perfecto” de 5-5 y además produjera la carrera de ganar.

Significa tanto Derek Jeter desde que llegó al béisbol en 1995, que enumerar sus hazañas da para un libro o una serie documental digna de Ken Burns.

Recordar una vez más, que es el único Yankee con 3 mil hits, nos da una idea de sus dimensiones. Además es un hombre que brilla en el terreno de juego e ilumina al béisbol con su comportamiento fuera de él.

Es un caballero indiscutible, solidario y consciente de cuál debe ser su rol en la comunidad que lo adora.

Desde que está en Miami, participa en las obras benéficas del equipo, entrega personalmente los pavos para el Día de Acción de Gracias, se detiene a saludar a todos los que lo abordan cuando anda por el Marlins Park o en el Roger Dean de Jupiter.

Haber sido elegido al Salón de la Fama de Cooperstown parece haber acentuado su compromiso. Para los jugadores de Miami, es ejemplo. Se sienten

estimulados porque saben que Jeter es un competidor, un ganador y confían en que pronto su trabajo gerencial dará frutos.

En muchas ocasiones hacía recordar a Joe DiMaggio, por su elegancia y mística, a Mickey Mantle por su liderazgo y carisma, y a Babe Ruth o Lou Gehrig por emblemático.

Jugó con la inspiración presente del “Yankee Clipper”, de quien siempre recuerda: “La gente me pregunta por qué juego tan fuerte todos los juegos y yo les recuerdo que Joe DiMaggio decía: ‘En el día de hoy, estoy seguro de que en las gradas, hay un niño que me está viendo jugar por primera vez o por última vez, y él merece mi mejor esfuerzo”.

Seguramente había más de un niño que fue por primera o por última vez al parque aquel día. Ninguno olvidará del sábado 9 de julio de 2011, el día que Derek Jeter llegó a los 3 mil hits.

Los duendes también aparecen por las tardes.

 

 

 

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