Siete palabras – Soledad Morillo Belloso

Por: Soledad Morillo Belloso

Soledad Morillo Belloso

La discusión académica o en “tanques de pensamiento” exige y admite el análisis que considere todas las aristas. La narrativa para responder las preguntas de los grandes públicos y explicarles el camino requiere sencillez. Por ejemplo, en una mesa de evaluación de la catástrofe eléctrica los expertos deben profundizar en hasta los más mínimos detalles; Casilda no hace absolutamente nada con que alguien le instruya sobre el colapso de la turbina X que alimenta la red X. Para Casilda y para la enorme masa de consumidores lo verdaderamente importante es entender que la causa del desastre que padecemos es una, y solo una: que se robaron 100 mil millones de dólares. El que sabe, sabe. Nadie lo duda . Y se comprende que tenga deseos de mostrar sus conocimientos, pero a Casilda le sabe a casabe la explicación técnica. Ella necesita saber quiénes son los responsables de esta calamidad. Necesita poder identificarlo con nombre, apellido y señas, entender que “se robaron 100 mil millones de dólares” y poder así protegerse de la posibilidad (muy factible) que esos rufianes en el futuro toquen a su puerta pidiendo su apoyo y ella, cuál venaíta, les dé su voto. La miríada de  horas (botadas) en radio, televisión y redes para explicarle a Casilda consideraciones técnicas y tecnológicas, lejos de ayudar, conspira contra lo escencial: que Casilda sepa y entienda que “se robaron 100 mil millones de dólares”. Siete palabras. Siete palabras que pueden dar al traste con la narrativa barroca de Miraflores -que va desde ataques de iguanas que imaginamos como Godzilla hasta estrafalarios incidentes de sabotaje de la oposición- y que logra el objetivo de enredar todo para taparear la única verdad, que el sistema eléctrico nacional, ese que tiene que servir y que por muchos años sirvió con altos niveles de eficiencia colapsó porque “se robaron 100 mil millones de dólares”. 

La comunicación política y muy en particular en tiempos de gran complejidad tiene que ser simple, directa, comprensible, repetida y repetible. Vaya eso para los que escriben discursos, twits, cuñas, textos para volantes, etc. Siete palabras. Eso tiene que bastar.

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