Ángeles en Anaheim – Daniel Álvarez

Ángeles en Anaheim - Daniel Álvarez
Los Angelinos homenajearon al fallecido lanzador con una victoria y no hit no run combinado. Cortesía: @MLB (Twitter).

Publicado en: El Extrabase

Por: Daniel Álvarez

Los Angelinos lanzaron el juego sin hit ni carreras número 301 en la historia de las Grandes Ligas y el decimotercero de forma combinada.

Ángeles en Anaheim - Daniel Álvarez
Los Angelinos homenajearon al fallecido lanzador con una victoria y no hit no run combinado.
Cortesía: @MLB (Twitter).

La noche empezó con un pitcheo realizado por Debbie, la madre de Tyler Skaggs. Fue el primer juego en Anaheim tras la muerte del lanzador. Su mamá hizo el primer lanzamiento, su imagen fue puesta en la pared del outfield y todos los jugadores de los Angelinos vistieron la camiseta con el número 45.

Mike Trout disparó un jonrón de 454 (!) pies por todo el CF en el primer inning. De ahí en adelante fue festival de batazos en “The Big A”. ¿Qué más podía pasar que no fuera increíble? Ese batazo recordó a aquel de Dee Gordon en el primer juego después del fallecimiento de José Fernández en Miami. Por cierto, Dee Gordon estaba hoy en el otro dugout. Taylor Cole y Félix Peña se combinaron para lanzar un juego sin hit ni carreras. ¿Pueden creer eso? Porque yo aún no.

Duendes, ángeles, fantasmas, como quieran llamarlo. Para mi es magia y la verdadera esencia de este deporte. El mejor del mundo, sin duda alguna y si la había, creo que esto de hoy ha terminado con la discusión, al menos para mi. Esto no hay cómo escribirlo, ni siquiera el mejor guionista de Hollywood puede hacerlo.

Al final, sus compañeros se acercaron al montículo donde tantas actuaciones estelares tuvo «Swaggy» y dejaron sus uniformes. Un gesto similar al de los Marlins en 2016 con las gorras. Son momentos que salen de forma natural. Esos que no están en un libreto.

Lo de esta noche es indescriptible. Sé que Tyler estaba viendo desde algún lado. Sé que ese equipo tenía su Ángel con ellos. Sé una vez más que el beisbol es capaz de sorprendernos nuevamente cuando menos lo esperamos.

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