Phil Regan, “El Buitre” venezolano – Mari Montes

Por: Mari Montes

Mari Montes

Nejbet, según la mitología egipcia, es una diosa protectora, en los nacimientos y en las guerras. Su representación es una mujer con una especie de tocado de buitre. El buitre simboliza la capacidad de convertir la muerte en vida en forma de alimento. En la mitología griega, el buitre es uno de los animales consagrados al dios Apolo, por su sabiduría.

Phil Regan, “El Buitre” venezolano - Mari Montes
Cortesía: New York Post

Por razones casi similares, el legendario lanzador zurdo Sandy Koufax bautizó a su compañero de equipo Phil Regan como “El Buitre”, por su capacidad para ganar juegos siendo un relevista de los últimos capítulos. Koufax y Regan compartieron el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles durante tres temporadas. En 1966 Phil Regan tuvo marca de 14-1 con 21 salvados y efectividad de 1.62, fue invitado al Juego de las Estrellas y quedó séptimo en la votación del Jugador Más Valioso. Sandy Koufax, por su parte, fue segundo entre los MVP, también fue al Juego de las Estrellas, ganó el Cy Young y dejó foja de 27 y 9, muchas de esas victorias fueron rescates de Regan, también por protector le va perfecto el apodo.

Esta semana los Mets de Nueva York nombraron a Phil Regan como coach de pitcheo, al conocerse la noticia, la afición del beisbol profesional venezolano llenó las redes sociales de mensajes para felicitarlo y recordar sus años de servicio en Venezuela y lo que significó para sus equipos: Regan dirigió a los Leones del Caracas y a los Navegantes del Magallanes y con ambos fue campeón. También estuvo con Cardenales de Lara, Pastora de los Llanos, Bravos de Margarita y Tiburones de La Guaira. Recorrió toda nuestra geografía saboreando “Pabellón” y si algo era claro, aún en los años en los cuales no le fue bien, es que valoraba muchísimo la posibilidad de dirigir en una liga exigente donde hay que ganar. Peleaba con los árbitros con pasión caribeña, defendía a sus jugadores tanto como les exigía, le gustaba formar talentos, encausarlos, corregirlos.

Omar Vizquel, lo ve como una inspiración, es claro que igual que “El Buitre”, el ahora manager del equipo doble A de la organización de los Medias Blancas de Chicago ama estar uniformado, me dijo: “El incansable Regan, el que nunca se cansa de aprender a pesar de estos tiempos de computadora y sabermetría. Siempre estaba adelantado en todas las decisiones. Creo que nuestra cultura logró cambiar un poco su manera de ver la vida también, a tal punto que su media mitad es una hermosa venezolana. Ama nuestra a gente, a nuestro país. Me encantaba hablar con él, siempre aprendía algo nuevo. Tiene una energía y dedicación increíble. ¡Qué placentero verlo de regreso en el big show. Es a donde pertenece!”

Cuando supo la noticia de su nueva responsabilidad, el ex receptor caraquista Carlos Hernández me dijo emocionado: “Phil Regan es una institución, tuvo que ver mucho en mi carrera y que yo pudiera estar en las GL 10 años. Me enseñó mucho, en mis comienzos, fue mi manager en los Leones, una persona que lo que salía de su boca era positivo y no esperaba que te voltearas para criticarte, lo hacía de frente y para que fueses mejor, era constructivo. Tuvimos discusiones durante los juegos, pero él no se quedaba molesto. Al final la meta era ganar y al final se sentaba a hablar conmigo. Durante el juego se concentraba en cada pitcheo y en todo, no le podías hablar de otra cosa que no fuese el juego porque te sacudía con una mirada. Siempre pendiente de sus peloteros, un amigo y lo más bello que recuerdo de él, es que amaba a Venezuela”.

Esta frase final de Carlos Hernández es tal vez lo que recordamos todos quienes lo vimos y hablamos con él. Aunque le costaba el español, era tan enamorado de nuestro país que cuando los Orioles de Baltimore lo contrataron para dirigirlos en 1995, nos dijo a quienes estábamos ahí: “Voy a ser el primer manager venezolano en las Grandes Ligas”.

Lo felicité con especial emoción porque sería el manager de los dos equipos de mis amores. Lo defino como un tipo dulce y caballeroso. Era la anunciadora del Caracas y él respetaba mi trabajo, le gustaba oír al leon rugiendo.

En 1997, en la final Magallanes- Caracas, faltando poco más de un mes para que naciera Daniel, mi hijo mayor, me pidió por favor que no bajara las escaleras a buscar las alineaciones ya que se ponía nervioso porque pudiera caerme o que me dieran un pelotazo durante la práctica. Nunca le hice caso y él terminó entendiendo. En la temporada siguiente me insistió en que le llevara a “el cachorro”, aunque le costaba decir la palabra. La noche que llevé al bebé para presentarlo, se quedó un buen rato jugando con él, con ternura de abuelo.

A sus 82 años, vuelve a las Grandes Ligas en tiempos de sabermetría, herramienta que pondera por lo que aporta, dijo que sabe que el beisbol ha cambiado y hay que ser capaz de adaptarse.

Otro viejo zorro del beisbol que se niega a quitarse el uniforme, quien fue su coach en los Navegantes, con quien trabajó y alzó el trofeo de campeón, Gregorio Machado, compartió un foto donde aparecen juntos. Me pidió que le dé sus saludos cuando lo vea en julio en Miami y me dijo: “Phill Regan es un caballero, excelente compañero y con alma de guerrero”.

En la lista de managers y coachs de mayor edad en la Mayores están: Connie Mack hasta los 88 años, Jack McKeon uniformado hasta los 84 años y él con 82 años. Casey Stengel estuvo en acción hasta los 76.

Estuvo trabajando como coordinador de pitcheo en las menores para los Mets, trabajando en Port Saint Lucie, en Florida. El reto es aportar lo que sabe a un cuerpo de lanzadores que cuenta con Jacob DeGrom y Noah Syndergaard y un bullpen que necesita mejorar con urgencia.

Estoy segura de que estar en un campo de beisbol lo revitaliza, me recuerda una frase de Casey Stengel: “El truco es crecer sin envejecer”.

¡Salud, mister Regan, podemos decir que el coach de lanzadores de los Mets, es venezolano!

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