Fueron perversamente astutos. Digo “astutos”, que no “inteligentes”. Que la inteligencia es harina de otro costal. La astucia se refiere más bien a la habilidad para ordeñar las circunstancias. Fueron el non plus ultra de la viveza. Y nos montaron en una trampa.
Mientras enormes cantidades de ciudadanos prestaban su mirada a asuntos creados precisamente para desviar la atención de lo que era realmente importante, nos metieron en la olla en las que nos cocieron a fuego lento. Haga el lector un ejercicio. Busque en los medios las noticias que acaparaban titulares y análisis. Que si cuánto le donamos a paisitos caribeños, que si cuánto se espalilló el gobierno en viajes y compra de aviones, que si se le cedió a Cuba el control y gerencia de notarías, registros, hospitales, etc. Que si Chávez y Maduro insultaron a tal o cual personaje de la política nacional e internacional. Que si el gobierno se iba a apropiar del sistema educativo. Que si la fiscalía ha acusado de las peores bajezas a venezolanos decentes. Que si el régimen es de izquierda o de derecha. Y por ahí siga usted. Ad infinitum. Asuntos sagazmente sembrados para que pasara por debajo de la mesa lo crucial: que se estaban robado el santo y la limosna y que el saqueo sería de tal magnitud que nos dejaría en la más espantosa ruina.
Francisco Monaldi, un reputado y muy decente venezolano que es experto en los asuntos petroleros (y como tantos otros no está en Venezuela) dice que para rescatar a la nuestra i fustiga petrolera del miserable estado en que se encuentra se necesitan 20 mil millones de dólares. Una cifra que suena rimbombante, ¿no? Claro que lo es, pero es una fracción de lo que nos fue robado en estos años por estos cuatreros políticos y sus amigos los enchufados (algunos elevan el cálculo del saqueo en unos 420 mil millones de dólares). Entonces, me hago algunos cuestionamientos, porque a mí me gusta preguntarme y preguntar. Esos 20 mil millones de dólares que necesitamos para meter a nuestra PDVSA en terapia intensiva y salvarla de una dolorosa defunción, ¿de dónde van a salir? ¿Será que vamos a tener que pedir prestado a bancos u organismos internacionales y aumentar así la ya inmensa deuda que pesa sobre nuestros hombros y de las generaciones por venir? Se me ocurre un escenario truculento. Los ladrones, esos que nos cepillaron cientos de miles de millones de dólares, tienen esa plata en muchas “inversiones”, entre ellas en bancos internacionales que a su vez podrían estar en el portafolio de bancos que nos prestarían los 20 mil millones de dólares. Es decir, los ladrones pueden, por efecto doblemente perverso, convertirse en quienes por banco interpuesto nos presten el dinero que nos robaron y junto con los bancos acaben ganando todavía más dinero a nuestras adoloridas costillas. Un perfecto círculo vicioso.
Entonces, me pregunto y pregunto: ¿quién, nacional o extranjero, le va a poner el cascabel al gato y va a quitarle a los ladrones lo que nos robaron y nos va a devolver esa estrafalaria cantidad de dólares para que con ese dinero podamos costear la recuperación de PDVSA y del país y rompamos esta espiral maldita?
Me pregunto y pregunto, de pura necia que soy.
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