EN LA VIDA HAY AMORES - César Miguel Rondón

“EN LA VIDA HAY AMORES”… REGALA A LOS PADRES UN NUEVO ENCUENTRO CON EL BOLERO

Regresa después de celebrar a las madres con 3 funciones a lleno total en Caracas

En el Centro Cultural BOD

Domingo 15 de junio de 2014

3:00pm y 6:00 pm

Entradas a la venta en la taquilla del teatro o a través de www.ticketmundo.com

En la vida hay amores, puede ser una sentencia o una amenaza, depende cómo lo asuma cada quien, ésa es la hipótesis detrás del espectáculo teatral que lleva la firma de César Miguel Rondón.

Se trata de un reto creativo, un formato rico en posibilidades para contar una historia original y hacer que los personajes dialoguen a través de canciones, en este caso, boleros, diálogo que Rondón se plantea expresar en otros géneros musicales.

En el escenario se presenta un narrador y una pareja de actores-cantantes. La obra consta de nueve actos. Al principio de cada uno, el narrador analiza las circunstancias por las que atraviesa la conflictuada pareja, mezclando los sueños y las añoranzas con la cruda realidad que viven, siempre con un toque inevitable de picardía y humor. Al final de cada acto, el narrador se retira para que, interpretando variados temas del repertorio, la pareja de cantantes ilustre dramáticamente lo expuesto por el narrador.

La obra posee elementos escenográficos que tienen un valor conceptual. Una caja es la pieza central de la escenografía, un elemento versátil que permite presentar diferentes locaciones en tarima. Juan Souki, director escenográfico de la obra, muy conectado con las tendencias teatrales del momento, la inscribe como una pieza muy actual, que no envidia nada a las propuestas internacionales.

Los protagonistas de la historia no dejan de sorprendernos, Betsayda Machado y Andrés Barrios aportan lo mejor de su talento vocal para cantar esta historia de amor. Dos voces con influencias de diversos géneros musicales. Betsayda, cantante de música folklórica, se da la oportunidad de coquetear con el bolero, interpretando piezas desgarradoras como: Que te pedí, Miénteme, Malditos Celos, Amor Gitano, Bájate de esa nube y muchas más. Para Machado fue todo un reto profesional, ella confiesa estar felizmente casada, y no haber tenido desencuentros amorosos, condición sine qua non que destacaba su profesora de canto para poder realizar una buena interpretación del bolero. Sin embargo, su voz fue más allá de las reglas establecidas y desborda pasión en la escena.

Andrés Barrios por su parte incluye elementos de humor en su interpretación, cautivando la risa de los espectadores. Andrés transcurre la historia, viviendo el despecho al mejor estilo de macho latinoamericano, “maletiao” por su esposa, tras haber cometido una infidelidad.

“El bolero no es más que un instrumento, de ataque o de terapia, según sea el caso, y su manejo adecuado viene dado según el número de cicatrices (condecoraciones) que exhiba el corazón guerrero. El único tesoro escondido es la (o el) destinataria (o)”, afirma César Miguel.

30 boleros se interpretan en escena, destacan las piezas compuestas por Bobby Capó, Rafael Hernández, Tite Curet Alonso, Pedro Flores, Julio Gutiérrez entre otros. Melodías escritas en una época en donde el amor se contaba e interpretaba de una manera distinta.

La complicidad del maestro Miguel Delgado Estévez en la dirección musical y los arreglos, Diego Álvarez en la percusión, Carlos Rodríguez en el bajo y Edwin Arellano en la guitarra, forman la combinación perfecta que da el toque mágico a este espectáculo, que ya ha cautivado a miles de asistentes, en 20 funciones diferentes a casa llena, en las ciudades de Caracas, Valencia y Maracaibo.

Causa sorpresa que el público de “En la vida hay amores” pueda ser tan diverso, desde el amante del género con muchos años de experiencia en su haber, pasando por el adulto contemporáneo que ha escuchado el género unas cuantas veces, hasta la juventud más virginal en la materia.

“El bolero no depende de modas y ni siquiera de gustos. Su razón de ser es sentimental, y en la medida en que los sentimientos persistan, él estará allí como el volante del carro o el condimento del guiso. En definitiva, su verdadero alarde está en que nadie pasa ileso ante un bolero, siempre hay uno que, inesperadamente, se te hincará en el costado provocando el desmadre”, destaca el autor de la obra.