Por: Emilio Figueredo
Lo único que puede traer paz en Venezuela es una comisión de la verdad que deje en claro la veracidad de los hechos y desmitifique la narrativa oficial, mientras eso no ocurra seguirán para siempre los presos y exiliados políticos.
Es indispensable entender la lógica de los regímenes totalitarios para comprender por qué no pueden perdonar ni vivir sin un enemigo externo.
Para el totalitarismo, que muchas veces se ha confundido con el personalismo o más bien con el culto a la personalidad, es indispensable personificar al enemigo único, responsable de los fracasos que son inherentes a ese tipo de régimen político. Así fue Stalin con Trotsky, Fidel con Huber Matos y Hitler con los judíos.
En nuestro país como no pudieron justificar la matanza del 11 de abril, por algo nunca han permitido que se constituya la comisión de la verdad, era indispensable desvirtuar los hechos y responsabilizar a alguien por esa tragedia y por eso seleccionaron a Simonovis como el chivo expiatorio culpable de todos los males.
Si lo liberan, por las razones que sean, dejarían al desnudo lo que en realidad ocurrió que fueron muchos más los muertos entre los que estaban marchando que en los que estaban en puente Llaguno o en Miraflores.
Lo único que puede traer paz en Venezuela es una comisión de la verdad, como la que hubo en El Salvador, que deje en claro la veracidad de los hechos y desmitifique la narrativa oficial, mientras eso no ocurra seguirán para siempre los presos y exiliados políticos.
Publicado en Analitica.com 13/01/2014