Por: Idania Chirinos
He recordado por estos días un programa de televisión que solía ver cuando era niña. Blanco y negro, música de fondo destinada a despertar los sensores del miedo y una voz particular que comenzaba diciendo… “al igual que el crepúsculo que existe entre la luz y la sombra, hay en la mente una zona desconocida en la cual todo es posible… todo es posible en la dimensión desconocida…”
Amigo lector, esta presentación bien pudiera ser la antesala a cualquier descripción de la realidad del país. Venezuela se ha convertido en una especie de dimensión desconocida, ¡donde todo es posible! Un gobierno que abusando de los medios de comunicación que a diario critica, pide la “ocupación” de tiendas de electrodomésticos que a su mejor entender, aplica precios de “usura” al consumidor: “que no quede nada en los anaqueles”… frase que por los vientos que soplan, pasará a la historia de nuestra cotidianidad, como la chispa que ha encendido, por lo menos, ¡una parte de nuestra pradera! De allí en adelante, una sucesión de imágenes que han trascendido nos golpea el gentilicio y el sentimiento.
Daka, Pablo Electrónica, Imeca, Baterías Duncan y muchos otros nombres que seguramente vendrán en lo que pareciera parte de una “feria electoral o electorera”. Imágenes que se han hecho públicas a través de las redes sociales y la televisión internacional, ya que en Venezuela, Conatel (órgano oficial que regula las comunicaciones) “recomienda” no hablar de saqueos… Lo que significa “tenga cuidado el que pueda mostrarlos”.
Valga esta hora para que los venezolanos hagamos un reconocimiento a diarios como El Nacional, El Universal y 2001, que aun sufriendo los ataques frecuentes del verbo encendido gubernamental y el acoso de medidas judiciales de todo tipo, se atreven a llevar a sus paginas la realidad nacional. No olvidemos que más de 50 web han sido bloqueadas tan solo por difundir el dólar paralelo.
Licuadoras, hornos microondas, reproductores de DVD, televisores de plasma… cualquier cosa era buena a la hora de la rapiña. Le pregunto a usted que me lee: ¿Qué más da un artefacto grande, uno más pequeño, si este gobierno ha saqueado el alma del pueblo venezolano?
La Real Academia Española define el verbo saquear como la “apropiación violenta por parte de un grupo de gente o soldados de lo que se halla en un lugar o plaza tomada” y alma, como esa “parte espiritual… del hombre… que junto con el cuerpo, constituye su esencia humana”. ¿Alguien tiene dudas? Venezuela ha sido saqueada por un tropel (movimiento acelerado y ruidoso de varias personas que se mueven con desorden) de militares que nos han llevado a desandar caminos andados.
Hoy por hoy, ¿qué nos define? ¿Qué nos alienta? ¿Cuáles son nuestras metas como pueblo, como nación? ¿Allanar los derechos del otro porque sentimos que los propios han sido vulnerados? ¿Acosar al que piensa distinto porque en Venezuela ha quedado prohibido disentir? ¿Disfrazar la realidad porque se piensa que al no mostrarla el pueblo deja de percibirla?
¿Acaso no nos damos cuenta o nos queremos darnos cuenta, que transitamos el camino que conduce a una guerra civil? ¿Quien propicia el caos? ¿A quien le conviene dividir para reinar?
Y ya que comenzamos este artículo recordando un programa de televisión, terminemos rememorando una de las mas famosas zagas del cine de hoy. La llamada Revolución Bolivariana, ha sido para el pueblo venezolano, lo que los “dementores” para Harry Potter. En teoría, los dementores son seres sin alma, no se pueden ver pero se pueden sentir. Absorben la esperanza y los sentimientos positivos. Se multiplican en condiciones de desesperación y degradación. Para ahuyentar a un dementor, el joven mago usaba el encantamiento denominado “Espectro Patronus”.
Una imagen que al ser evocada, produce tal sensación de felicidad y plenitud, que se convierte en un escudo protector contra esa masa amorfa, grande y oscura. Cada imagen es propia y única. Mi “Espetro Patronus” es el rostro de mi hijo, y el de los hijos de mis hermanos, y el de los hijos de mis amigos. ¡El de los hijos venezolanos! Mientras tenga fuerza para evocar esta imagen, no permitiré que me roben la esperanza, ¡por duras que sean las circunstancias que a ratos no me permiten encontrarla! Quiero que ellos tengan lo que tuvimos: democracia. Y que puedan luchar para perfeccionarla.
¡Quiero que nuestros hijos puedan crecer sintiéndose “venezolanos” y dejen de sentirse “extranjeros” en suelo ajeno!
Idania Chirinos F., Periodista
@idaniachirinos
Definitivamente comparto todo lo que dices. Mi Espetro Patronus es el mismo, todos los niños de Venezuela, primero veo a los míos por supuesto, pero también veo a todos los demás, cuando recojo a mis hijos a mediodía en el colegio y veo todos esos niños con el entusiasmo y la inocencia propia de su edad, con toda la vida por delante y con tanto potencial, me digo a mi misma que ninguno de estos niños se merecen que dejemos de luchar, ellos deben ser nuestro aliento, nuestra esperanza y lo que nos dá fuerza. Y por otro lado, cuando veo a los niños más desfavorecidos, los que sufren con mas intensidad las consecuencias de este desastre, pienso que ellos merecen también un país mejor, que les brinde oportunidades y los ayude a salir adelante a pesar de haber nacido en situación de desventaja, no uno en el que sus necesidades sean utilizadas por los politicos para su propio beneficio. Por ellos también debemos luchar. Mientras existan niños maltratados de tantas maneras, nuestro país no tendrá futuro. Luchemos por todos ellos, es nuestro deber.
Gracias Idania triste hora la que vive nuestra Venezuela, parece que no se agota al pais en depredarlo increible ver que somos un hazmereir en el mundo, y la solucion depende de nosotros