Diosdado Cabello revela que entre los cargos 99, el apoyo al Presidente de la República es casi 01. “De 13 mil y pico de funcionarios grado 99 (libre nombramiento y remoción), más de 4 mil han firmado contra el presidente Chávez o contra el compañero Nicolás Maduro”, desveló el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Lógico. El chavismo perdió las elecciones parlamentarias por más de 2 millones de votos. Allí tiene que haber mucho bedel, recepcionista y chofer de ambulancia sin cauchos. Pero también deben abundar los directores generales sectoriales, jefes de despachos eficientes y gerentes de empresas socialistas productivas. ¿Y ministros, gobernadores y alcaldes? Todo es posible. “Esto da vergüenza decirlo”, confesó Cabello ante la muchedumbre congregada en Margarita. Tiene razón. Tanto luchar contra el burocratismo, y a estas alturas todavía cuentan 13 mil y pico de funcionarios grado 99.
Los de confianza ya no son de fiar. Lo dijo Cabello. Entonces, se acerca una fuente digna de todo crédito y comenta: “En una reunión de la dirección ampliada del PSUV propusieron negociar la renuncia de Maduro junto con la de los diputados para convocar una megaelección”. ¿Y quién planteó eso? “Arias Cárdenas con otros gobernadores militares, alcaldes y dirigentes regionales”. ¿Y qué dijo Cabello? “Se opuso, al igual que Tareck El Aissami y Jorge Rodríguez”. ¿Y Elías Jaua? “No acudió al cónclave”. Pasó agachado. “Pero la mayoría de los presentes sí apoyó la idea”. Idea que tampoco es de ellos, porque lo mismo sugirió el jefe de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, meses atrás. “Es así, los líderes se tambalean”. ¿La cúpula del PSUV debatiendo una fórmula para salir de Maduro? Un viejo dirigente adeco no se sorprende. “Si el PSUV es un partido serio –y lo parece – debe estar discutiendo el tema. Nosotros lo hicimos cuando Carlos Andrés Pérez”. Los discípulos pensando en sacrificar al elegido. ¿Seré yo, maestro?
Maduro no es Chávez. Eso lo sabe, principalmente, la cúpula del PSUV. Pero se mantienen unidos. Al menos, de cara a la galería. Antes, todos trabajaban por la permanencia de un hombre en el poder. Hoy, empujan por la continuidad de un proyecto. Todos los poderes alineados. Y alienados. La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, viste el discurso del PSUV con paltó y corbata. Dirigentes de la oposición y avezados comentaristas anuncian la inminente implosión del cogollo chavista. Desde 1999. ¿Este es el año? No miren a la cabeza. Fíjense en los pies. Son de barro. Cabello lo dejó en evidencia y, de alguna manera, expuso a Maduro. Todo comenzó en 2013, cuando 700 mil chavistas apoyaron al gobernador Henrique Capriles Radonski. Y continuó en 2015, con el peor fracaso electoral sufrido por el oficialismo en 17 años. La fractura está en la base de la revolución. Por eso tratan de evitar el referendo revocatorio. Porque los votos en contra no son 99. Son millones.
Eventualmente y sin mucha estridencia, la oposicion deberia reconocer el acto de reposicionamiento de los funcionarios publicos que se saben en peligro y aun asi deciden hacer acto de oposicion.
Pero no terminan de romperse las patas de barros de es mesa tembleca y la oposición no aprovecha esa fractura y le da una patada a la mesa. Ahi estoy de acuerdo con Diego Arria,la oposición no se sabe que hace,como que mira para otro lado