Tengo la insalubre costumbre de ver/escuchar todas las declaraciones de los funcionarios del régimen. No es vicio o masoquismo. Es necesidad del oficio. Es difícil manejar la (des)información que obsequian los altos personeros gubernamentales. Pero al escucharlos se produce hallazgo y aprendizaje.
El episodio del cierre de la frontera con Colombia me ha permitido, por ejemplo, entender que todos nuestros problemas de desabastecimiento, escasez e inseguridad estaban siendo causados por una gente horrorosa que se engloban en una categoría sub humana llamada “paramilitaresuribistas”, quienes vivían toditos en la zona de la frontera con la hermana República, pero fueron capaces de dejarnos en un estado de peladera total a escala nacional.
Como al cerrar la frontera y echar a patadas a todos esos seres horrorosos y salvajes que nos tenían secos se solucionan todos los problemas, calculo que será cuestión de horas o días que todos los mercados, bodegas, farmacias, ferreterías, panaderías, ventas de repuestos, fruterías, carnicerías, mercerías, papelerías, zapaterías, boticas, perfumerías, librerías, licorerías, queserías, peluquerías, tintorerías, jugueterías, ópticas, lavanderías y, en fin, todo tipo de expendios de alimentos, medicamentos, repuestos, ropa, zapatos, libros, electrodomésticos, comida para animales, productos de limpieza del hogar y personal, papel tualé, pañales, toallas sanitarias, anticonceptivos, celulares, cables, juguetes, lentes, bombillos, productos lácteos, cárnicos y farináceos y, en fin, todo eso que no hay, pues habrá. Sin duda. Ahora habrá de todo, de todas las marcas y en todas las presentaciones. Y en todas partes. Los “paramilitaresuribistas” se llevaban todo. Pero ya no más. No más colas, no más peladera, no más gruñidos, no más madrugonazos. Volverán las arepas. Y las caraotas. Y el champú. Y el desodorante y el tinte de pelo. Y la mayonesa y la mantequilla. Y el pan. Mi marido dejará de amargarme la vida y podrá desayunar su cereal con leche. Mi matrimonio se ha salvado. Podremos beber café sin restricciones y con azúcar. Seguro podremos conseguir la batería para nuestro carro, que tiene más de 20 días parado. El “no hay” será flamantemente cambiado por un “¡Sí hay!”. Porque el régimen finalmente le puso la tapa al frasco. Así, así, así es que se gobierna, con qué galicado y todo.
El problema no está en que la gente crea que el gobierno es estúpido. El verdadero problema está en un gobierno que cree que la gente es estúpida.
La película sigue… El guión sería la envidia de Ionesco.
El comunicado de Unasur se traduce así: “sepa su merced, don Nicolás, que yo antes que secretario general de Unasur soy colombiano y soy ex presidente de Colombia”. Saludes, Ernesto Samper.
soledadmorillobelloso@gmail.
@solmorillob