Recuerdo que esta frase era una de las predilectas del comandante Chávez, que citaba cada vez que se sentaba en cadena a sacar cuentas en una libreta de los haberes del país, de cuánta plata tenía guardada debajo del colchón.
Las maniobras militares de ensayo para repeler la centésima décima cuarta amenaza de invasión del ejército de Obama, costaron 26 millones de dólares. En verdad 26 millones para un gobierno que está acostumbrado a dilapidar de millardos pa’arriba, es lo que llaman un vello del final del tracto digestivo. Pero saquemos una solita cuenta, así a mano alzada, por más que uno no tenga las habilidades de Merentes: busqué el precio del trigo más caro que conseguí por Internet. Me apareció el Durum de Thunderbay de Canadá, que cuesta 384$ la tonelada. Más del doble que otros tipos de trigo. Recuerdo que la única cosa que he usado de lo que aprendí en matemática es la llamada regla de tres. Hice esta regla de tres:
384$__________________ 1 ton.
26000000$_______________ X
Es decir, si 384$ son una tonelada, 26.000.000 de $ serán x. Para despejar la equis, multipliqué 26 millones por uno y me dio los mismos 26 millones y el resultado lo dividí entre 384, eso me dio: 67.708,33 ¿de qué? De toneladas. Es decir que con la plata de los ejercicios habríamos podido comprar esa cantidad de toneladas de trigo Durum Thunderbay. Como una tonelada son 1000 kg pues multipliqué nuevamente: cuando uno multiplica por mil, es como multiplicar por uno, solo que agregas tres ceros: el resultado fue 67.708.333,33 Kg de trigo, que habríamos podido comprar con esos 26 millones de $. Busque en Wikipedia cuantos habitantes somos. Dice Wikipedia que somos 31.028.637. Entonces dividí los kilos del trigo más caro del mundo que habríamos podido comprar, entre los habitantes. Eso me dio: 2,182 Kg. Digamos que haya una merma del 17% en la transformación del trigo en harina: cada habitante del país ha podido disponer de 1,811Kg de harina de trigo. Según las estadísticas eso correspondería a 1,2 Kg de pan. Es decir que si mi cuenta no falla este fin de semana, nuestro gobierno botó a la basura 1,2 Kg de pan de cada uno de los ciudadanos de este país que ha comenzado a transitar, bajo este régimen, el monstruoso camino del hambre. La cuenta fue sacada con la harina más cara del planeta. Con la más barata habríamos tenido, cada uno, pan como para un mes.
Yo no creo que este gobierno no sepa sacar cuentas, por el contrario las sabe sacar muy bien. Sabe que el 80% de la población, ya más que rechazarlo lo aborrece visceralmente. Este gobierno sabe que las cuentas electorales no le cuadran, por eso tiene que darle largas al referéndum revocatorio y a las elecciones de los gobernadores. Definitivamente, el Consejo Nacional Electoral no quisiera tener que contar un voto nunca más hasta el fin de los tiempos, quisiera revisar cada curva de cada huella, cada trazo de cada firma hasta la composición química del color de la tinta. Las cuentas no cuadran, ni en los votos, ni en los reales. Con razón Aristóbulo ha dicho con tanta contundencia: “¿No te gusta Maduro? Pues te lo calas”. Caramba, vicepresidente: ¿ no será que usted se fumó una lumpia? Pues el pueblo le dice, con la constitución en la mano: “¿no te gusta el referéndum revocatorio? Pues te lo calas”. Es un pulso entre el pueblo y su opresor, al final, hablarán las matematicas, búsquele las vueltas y los rodeos que quiera, Aristóbulo, pero usted sabe que al final vencerá el pueblo. La cuenta que deberían sacar ahora es la de cuánto dolor adicional están dispuestos a causar a la gente en ese camino.
Luego de las maniobras de la semana pasada, no sé por qué, creció mi profunda admiración por Costa Rica, porque en materia de inversión en la educación, las matemáticas nunca le han fallado: el presupuesto militar está destinado a bayonetas de lápices, comandos de libros y generales del saber.