Editorial publicado en Analítica
El resultado de las elecciones de la constituyente que oficializó, pasada la media noche, el CNE, fue una cifra que en nada se compadece con lo que se pudo observar de la magra asistencia de votantes a los centros electorales a lo ancho y largo del país.
A la tensa situación interna causada por los numerosos asesinatos ocurridos durante la jornada se le sumarán el desconocimiento de la constituyente por parte de un inmenso porcentaje de la población del país, así como por varios países, además de las sanciones anunciadas por EEUU y las también probables por la Unión Europea.
El clima de inevitable confrontación debe dar lugar a que se abran espacios para encontrar soluciones que eviten ir a mayores y que permitan explorar fórmulas que hagan viable una salida democrática a esta nueva e innecesaria crisis.
Nadie en su sano juicio desea que hayan muchas más muertes para terminar luego yendo inexorablemente a una mesa de negociación.
Es cierto que el momento es crítico pero a nadie le conviene que se encienda irreversiblemente el país ya que si eso ocurriese no habría un vencedor sino un país perdedor.