La firma de Chávez no llegará a la Casa Blanca – Pedro Pablo Peñaloza

Por: Pedro Pablo Peñaloza

 Van 2. Van 4. Van 6. Van 8. Día a día, minuto a minuto, Mirafloresimages señala con precisión el número de firmas que ha recogido contra el decreto de Obama. “Me informa Jorge que ayer sábado superamos la cifra de 8 millones de firmas”, tuitió Maduro el domingo. Pensar que 72 horas antes de ese trino, un grupo de destacados economistas había emitido un comunicado para denunciar el “deterioro del sistema estadístico y la rendición de cuentas en Venezuela”. El Gobierno que contabiliza una a una las rúbricas antiimperialistas, no ofrece los datos sobre pobreza, inflación y escasez. Prioridades.

El Jorge que informa a Maduro es de apellido Rodríguez. Una de sus ocupaciones es ser alcalde de Caracas, pero en estos momentos los medios oficiales suelen identificarlo como “jefe del Comando Especial para la campaña ‘Obama deroga el decreto ya’”. La capital puede esperar. El Presidente le ha impuesto una misión titánica: 10 millones de firmas. Esa cifra siempre ha obsesionado al chavismo. El comandante soñó con ganar una elección con 10 millones de votos. “¡Son 10, son 10, son 10 millones, son 10!”, gritaban en la campaña. ¿Qué será más fácil, sumar 10 millones de firmas o bajar la tasa de homicidios a un dígito? El gigante no pudo lograr ninguno de esos dos objetivos. Jorge persigue con empeño conquistar el primero. La vida también puede esperar.

El jefe del Comando Especial anuncia que las firmas serán auditadas por el Consejo Nacional Electoral. Luego, añade: “Vamos a mostrarle al mundo de forma certificada cómo el pueblo de Venezuela ha mostrado su apoyo contra un decreto absurdo”. El diccionario de la Real Academia Española define absurdo como algo “contrario y opuesto a la razón; que no tiene sentido”. Si ya se consumió el primer trimestre del año y los principales grupos políticos se alistan para sus respectivas internas, qué sentido tiene que el país no conozca la fecha de los comicios parlamentarios. Por lo pronto, el CNE tiene otra preocupación: dedicar todo su esfuerzo en verificar la validez de la lista Obama para quebrarle el espinazo al imperio.Absurdo también es sinónimo de disparatado.

Maduro reconoció que en 2014 no alcanzó la meta de 200 mil viviendas construidas. Entonces, consiguió la solución para 2015: prometer 400 mil. Fácil. ¿Quién llevará el registro de las casas levantadas? Quizás habría que llamar a Giordani o Edmée Betancourt, coautores de la última estadística seria de la que se tiene memoria en este país. ¿Cuántos apartamentos habrían salido de aquellos famosos 25 mil millones de dólares? En algunas torres de la Misión Vivienda, sea por la lluvia, las condiciones ambientales o la mala calidad de la pintura, la firma de Chávez comienza a borrarse. Desaparecerá sin que la vea Obama.

@pppenaloza

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