Por: Manuel Carrillo de León
CVG-SIDOR tiene 50 años de fundada. Anteriormente, en dictadura el proyecto se llamó el Instituto Venezolano de Siderurgia. Pérez Jiménez había cerrado contrato con la empresa Inoccentti en Italia, con un sobreprecio de 8 millones de dólares. El Cnel. Rafael Alfonzo Ravard y el Ing. Argenis Gamboa, entre otros, por orden del Presidente Betancourt renegociaron ese contrato reduciéndolo a 40 millones de dólares. Así arrancó y fue junto con las hoy Ferrominera y Edelca, el trío prefecto para el nacimiento de Puerto Ordaz.
El acta fundacional de la ciudad la firma el Ing. Leopoldo Sucre Figarella, para ese entonces gobernador del estado Bolívar. Miles de hombres, mujeres, profesionales, técnicos y obreros cruzaron el río Orinoco para ese gran proyecto nacional. Se ocuparon venezolanos de todos lados con extranjeros especialistas. Allí se funda Suttis, el segundo mega sindicato del país después del petrolero.
En tan solo 10 años Sidor se convirtió en el remolque del desarrollo nacional, con sus 3.8 millones de TM de acero semi-elaborado, alambrón, cabillas, vigas, bobinas, planchas, tubos con costura, suficientes para la construcción de puertos, aeropuertos, autopistas, carreteras hospitales, edificios liceos y viviendas. Siempre estuvieron al frente de la empresa y del sindicato personas respetables y calificadas.Pasados los años el país entró en crisis y con él su sistema democrático. La empresa había derivado entre la demagogia y la insensatez, y nómina y deudas impagables la tenían al borde. Ya no se podía seguir manteniendo como en antes el necio dilema de si debe ser del Estado por estratégica, o producir eficientemente, generar empleo, productos y divisas, en manos privadas. Esa eterna aporía que tiene al país sumergido en el subdesarrollo y el atraso retardaba la decisión. Se cansa uno.
Regreso al pasado
La privatización no fue sobrevenida, ni mucho menos una entrega de la riqueza nacional. No había otra salida precisamente crear riqueza. El consorcio Amazonia pagó 1.050 millones de dólares al Estado, invirtió 750 millones en la modernización, sinceró la nomina a lo necesario, 4.700 trabajadores, el Ave Fénix empezó a producir acero de calidad y llegó de nuevo a sus gloriosos 3.8 millones de toneladas de acero líquido. Todo iba muy bien, hasta que los piratas de la revolución convencieron al poder de que esa empresa era “muy capitalista” y que había que re-nacionalizarla para que el acero que allí se producía sirviera para hacer ferris, carros, neveras, lavadoras y bombonas de gas para el pueblo. Claro que era así, solo que no habían las plantas aguas abajo para tratarlo. Pagamos 1.200 millones de dólares para recuperarla. SIDOR después de la re-nacionalización hace 9 años, retrocedió cuatro décadas y produce lo mismo que en 1973.
Final del juego
Óigase bien, igual que hace 40 años, o sea, 1.2 millones de toneladas de acero, y de baja calidad. Tiene más de 19 mil trabajadores, no obtiene ni para pagar su contrato colectivo vencido. La gestión está afectada de mafias y contratos raros, sin contar con los pranes sindicalistas en las cárceles que cuentan con apoyo del alto mando de la revolución. La peor parte del terrorífico relato es que su tecnología se hizo obsoleta, ya que no le invirtieron ni un bolívar. Cuando SIDOR bajó su producción a esa aberrante cifra, no solo acabó con la industria privada metalmecánica aguas abajo que tanto empleo producía, sino que dio pie a que unos incalificables anónimos, apoyados por Ferrominera del Orinoco, vendieran regalado en operaciones dolosas y con comisiones en el exterior, el mineral de hierro excedentario que Sidor no consumía.El futuro es claro. Lo que fue una planta industrial, será chatarra pura en pocos años y quedará como un cementerio de chimeneas, trenes y hornos a las orillas del Río Orinoco como monumento a esta terrible época.
Será ejemplo de lo que nunca debió suceder y mas nunca deberá repetirse, con el mal recuerdo de como la revolución y los sindicalistas se pusieron de acuerdo para acabar una de las mejores cosas construidas en nuestra historia. La entrega a los chinos es una especie de re-re-privatización a una empresa del Estado, pero de otro país ¡Qué trabalenguas de negocio! ¿Quién entiende eso? Que clase destrucción masiva.Ahhhh y para colmo, la cereza, el Gral. que aplacó las protestas de febrero y marzo, el represor, es el nuevo Presidente de la CVG, un pequeño mensajito a los trabajadores y obreros del Presidente obrero…. Pero por ahora no se intimidaron. Con la marcha de esta semana parece que se despertó el movimiento sindical. ¿Pero para defender qué? ¿Despojos? Amanecerá y veremos.