Editorial Analítica
En sus Runrunes, Nelson Bocaranda hace mención de un foro fallido porque, según lo que él informa, la temática no fue del agrado del Presidente Maduro. ¿De qué trataba ese encuentro?, pues de lo mismo que viene diciendo el padre Ugalde, que la crisis venezolana requiere con carácter de urgencia de un acuerdo, que conforme un gobierno de salvación nacional, que asuma la conducción del país durante los próximos dos años y tome las medidas necesarias para enderezar la más que maltrecha economía, restablecer la confianza, sentar las bases para la reconciliación y rescatar el funcionamiento de las instituciones del Estado, con miras a restablecer el funcionamiento de las mismas con base en la Constitución.
Que se haga o no ese foro promovido por Vladimir Villegas y el diputado oficialista Germán Ferrer y en el que participarían tanto personajes opositores como chavistas, el mensaje se difundió a la opinión pública.
Es tan obvia la necesidad de construir futuro consensuado como lo es que, de seguir el país como va, estérilmente polarizado, la crisis no sólo no se solucionara, sino que se agravara a un nivel tal que tomará años lograr alcanzar un nivel de gobernabilidad que permita construir un mejor país.
Gobernar es consensuar no imponer manu militar. Gobernar es negociar, gobernar es corregir cuando las circunstancias así lo requieren. Gobernar es someterse a la Constitución y las leyes.
Aún estamos a tiempo de evitar la salida sangrienta a la que se refirió el enviado del Vaticano al percibir, tal vez, la escasa voluntad de avanzar en la búsqueda de acuerdos a través de la mesa de diálogo.
Ojalá Maduro entienda que foros sobre la democracia, o sobre la necesidad de acuerdos nacionales para impulsar la construcción de un nuevo país, no son actividades subversivas, sino todo lo contrario, aproximaciones para buscar soluciones consensuadas y democráticas que impliquen encontrar juntos lo que todos desean, un mejor futuro para Venezuela.