El eterno retorno del Gallo Pelón – Ricardo Del Bufalo

Cortesía La Gran Aldea

Publicado en: La Gran Aldea

Por: Ricardo Del Bufalo

 

¿No sienten que estamos haciendo viajes en el tiempo, como un avión que despega y aterriza en el mismo aeropuerto, pero a la misma hora que salió? Pareciera que la gente vive en una realidad y los dirigentes en otra. Hay una desconexión absoluta entre el liderazgo político y empresarial y la población, que opta por hacer su vida, trata de encontrar oxígeno económico, y se prepara para el peor escenario posible: Que todo siga igual. Mientras, el chavismo avanza con el Estado comunal. No importa si fortalecido o debilitado, pero avanza.

Constantemente me pregunto por qué en Venezuela discutimos lo mismo una y otra vez. De tanto pensarlo, se me ocurre una hipótesis: En nuestro país, el tiempo político es cíclico, da vueltas sin parar hacia el mismo momento, en lugar de avanzar hacia adelante. Es como estar estancados en un videojuego, como si la vida terminara en diciembre y comenzara de nuevo en el enero que ya pasó. Solo así me puedo explicar los acontecimientos de los últimos años en el país.

Que la oposición no haya ido a las fraudulentas elecciones de diciembre, pero que en enero algunos factores hayan traído de nuevo el debate de ir o no ir a las regionales, no puede ser explicado ni por la ciencia política ni por la mecánica cuántica. ¿No es esto evidencia de que nuestro problema no es político, sino físico?, ¿no sienten que estamos haciendo viajes en el tiempo, como un avión que despega y aterriza en el mismo aeropuerto, pero a la misma hora que salió?

Este efecto -que llamaré el eterno retorno del Gallo Pelón– quizá pueda revelar por qué estamos atrapados en la arena movediza de la inacción, donde la oposición se hunde, así haga un movimiento o no. Vaya a elecciones o no. Dialogue o no. La dirigencia opositora no ofrece a la población una vía clara de salida al conflicto, una ruta para forzar el fin de la dictadura, más allá de conseguir toda la presión internacional posible. Y mientras tanto, el chavismo avanza con el Estado comunal. No importa si fortalecido o debilitado, pero avanza.

“La realidad del país es que en las comunidades se habla de las comunas y el chavismo se prepara para eso, pero la discusión de la oposición está en el pasado”

Pareciera que la gente vive en una realidad y los dirigentes en otra. Por un lado, la oposición tiene que afrontar que el tiempo de la Asamblea pasó. El Gobierno quemó ese puente: La Asamblea Nacional pudo ser el espacio legítimo de negociación, donde se habrían podido hacer las leyes para llevar a cabo una transición democrática acordada para la elección presidencial de 2018. Pero no ocurrió, por acción, omisión y mucha represión. Nos toca aceptar, entonces, que esa oportunidad quedó atrás y que estamos en la etapa de la pre-comuna.

La realidad del país es que en las comunidades se habla de las comunas y el chavismo se prepara para eso, pero la discusión de la oposición está en el pasado. Algunos se perfilan abiertamente como candidatos a las alcaldías y gobernaciones, cuando en esta realidad espacio-temporal (marzo de 2021) ni siquiera tienen sus tarjetas electorales habilitadas. Y en el escenario de que consigan lanzar un candidato que no esté inhabilitado, preso o exiliado -que a estas alturas es un dirigente estudiantil de segundo semestre- con la tarjeta de algún partido nulo, que si Piedra, Papel y Tijera Por El Cambio, ¿de qué serviría una alcaldía y una gobernación, con las comunas mordiéndoles el rabo?

Por allá, también, se escucha bajito que hay que negociar (oootra vez), pero nadie ofrece incentivos para que se vayan (ooooootra vez), como quien dice que hay que cenar, pero ni cocina, ni pone plata para el delivery. Es como si el G4 se hubiese quedado atrapado en otra dimensión, a lo Matthew McConaughey en Interstellar, y por eso percibimos desde el más allá unos golpecitos detrás de la biblioteca como señal de que están vivos.

Por otro lado, algunos empresarios hablan de acuerdos económicos con el régimen y critican a las sanciones individuales por perjudicar una eventual transición, pues con sanciones, la Asamblea chavista no podrá nombrar un nuevo CNE. Esto sí que no lo entiendo yo. ¿El mismo gobierno que ha impedido su salida del poder, ahora quiere nombrar un CNE para salir del poder? Ni el director de Interstellar entendería esta lógica temporal de los acontecimientos. ¿Cómo puede haber acuerdo económico antes de un acuerdo político? Eso es pedirle huevos a la gallina antes de que nazca. Solo tiene sentido con nuestra hipótesis del eterno retorno del Gallo Pelón: Como estamos hablando del tiempo cíclico, también hablamos de la inversión de la causa y el efecto: Primero ocurre la consecuencia para que luego algo motive su causa.

Pensando como los locos (es decir, usando la lógica de causa y efecto) alguien diría que las sanciones fueron las que motivaron al Gobierno a abrirle camino a la empresa privada. Pero parece que las ganas de hacer billete, a la sombra de la Ley Antibloqueo, puede más que las ansias de construir un país con libre mercado, libre competencia y estado de Derecho. Un país libre, al fin. En nada se diferencian de los mineros ilegales que destruyen el ecosistema en busca de un poco de oro.

En resumen, hay una desconexión absoluta entre el liderazgo político y empresarial y la población, que opta por hacer su vida, trata de encontrar oxígeno económico, y se prepara para el peor escenario posible: Que todo siga igual. De esta manera, llegará diciembre, y en enero volveremos a lo mismo. Pero esta vez, en un nuevo nivel del videojuego: El Estado comunal.

Mientras tanto, seguimos esperando por el ansiado tiempo perfecto de Dios. ¿Será ese el tiempo en el que finalmente dejemos atrás el eterno retorno del Gallo Pelón?, ¿será ese el momento en que la clase política aterrice en la realidad de 2021?

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