La primera respuesta oficial tras la caída del sukhoi abordó todos los temas posibles: compra de armas, ataques contra la oposición, sospechas sobre Colombia, denuncias al imperio, exaltación de la lucha contra el narcotráfico, pero… ninguna autoridad explicó el porqué del siniestro.
Se cae un sukhoi y ordenan comprar otros 12. Lástima que no se echen a perder unos equipos de quimioterapia o unas máquinas de diálisis. Aún se desconocía el paradero de los dos pilotos de la aeronave siniestrada, cuando el titular de Defensa, Vladimir Padrino López, informó al país que el comandante en jefe había ordenado “reforzar las alianzas con Rusia, con China, con el propósito firme de elevar aún más nuestros niveles de apresto operacional”. El que se fue no hace falta. En esa misma aparición televisiva, el general en jefe “aprovechó la oportunidad” para negar que aviones venezolanos hayan violado el espacio aéreo de Colombia. Muy oportuno. Para ratificar la veracidad de esta afirmación, Padrino López –ya no en chándal sino en traje de campaña – subrayó que el venezolano es “un Estado serio”. Si alguien tenía alguna duda al respecto podía ver detrás del ministro, que hablaba desde Miraflores, una foto tamaño natural del difunto presidente Chávez sosteniendo una taza de café.
La respuesta de Padrino López dio para todo. Arrancó vendiendo a la audiencia las virtudes del aparato que se precipitó a tierra. “Un avión de alto performance, supersónico, cazabombardero, de alcance estratégico”, describió. Más adelante, cargó contra la DEA y afirmó que “nadie en el mundo tiene la moral para cuestionar la lucha que viene dando Venezuela en materia de narcotráfico. Los resultados están a la vista”. Imposible tapar los soles con un dedo. Para validar su tesis, reveló que desde 2012, año de la aprobación de la Ley de Control del Espacio Aéreo, se han “inmovilizado casi 100 aeronaves” que transportaban “180 toneladas de droga”. El propio Padrino López ha publicado en su cuenta Twitter fotos de algunas de esas avionetas calcinadas. Pero aquí, una imagen no dice más que mil palabras. ¿De dónde provenía esa droga? ¿Quiénes pilotaban esas aeronaves? ¿Están presos en el país, fueron deportados? El cielo encapotado anuncia tempestad.
El “Estado serio” tiene tantos generales apretados como cabos sueltos. Antes de que la investigación despegara, el chavismo echó a volar ataques contra la derecha desalmada, la canalla mediática, la Colombia del narcotráfico y el vil imperio. Nada que intentara explicar con minuciosidad el hecho. La guerra de quinta generación no dispara misiles sino hashtags. El periodista Walter Martínez se permitió especular desde la pantalla seria de VTV. “Si eso fue un señuelo, quisiera no pensar en este escenario: si eso fue un señuelo y lanzaron algún misil aire-aire, más vale que yo me esté equivocando en esa hipótesis”, expresó Martínez con su singular punto de vista. Junto a los féretros de los capitanes, el presidente Nicolás Maduro se refirió a los dos tenientes “atacados también desde Colombia”, caso que fue utilizado como argumento para cerrar la frontera. “¿Qué sería de Venezuela sin nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana?”, preguntó Maduro. ¿Y sin las compras militares a Rusia? ¿Y sin las compras militares a China? Difícil respuesta.