Por: Carlos Raúl Hernández
Institucionalizar la refutación que permite ver las debilidades de los argumentos propios
Francois Hollande, actual presidente de Francia, en 2006 era precandidato de los socialistas a la presidencia, al igual que su pareja de entonces la bella y carismática Ségolén Royale, quien le puso las maletas en la calle porque a él se le ocurrió hacer un chiste: unos periodistas le preguntaron cómo harían los dos para dilucidar la candidatura y muy francés respondió que “lo harían en la cama”. A los pocos días estaba buscando apartamento y novia, y en meses su ex ganó las primarias del PSF. Ségolén con infame asesoría, perdió la presidencia contra Nicolás Sarkozy, quien a su vez se separó de su esposa (esta reveló en un libro las debilidades de su ex) por Carla Bruni, la exmujer de Mike Jagger. Para el actual período (2012-2017) ganó Hollande con pareja nueva Valerie Trierweiller, defenestrada a su vez por Julie Gayet. Shakespeare, el padre del sicoanálisis y del conocimiento del alma, indica que los hombres cuentan todo a sus mujeres momentos antes de la semivigilia, una vez blando el subconsciente.
Y ellas resultan en los hechos consejeras imprevisibles de un líder, con acceso a los niveles profundos de su mente y en ocasión crean serios problemas políticos. Marco Antonio y Cleopatra, ambos estrategas y asesores mutuos, discutían las batallas “en la cama” según el método de Hollande. Marco Antonio pensaba que debían enfrentar la ofensiva de Octavio en tierra pero ella lo convenció de pelear en el mar, un error catastrófico. Pero la fatalidad final fue cuando, ya derrotados en Accio, Cleopatra se retira con su flota en plena batalla para salvar el tesoro de Egipto guardado en sus naves. Desesperado al creer que ella lo abandonaba, deserta del combate para seguirla, con la desmoralización general de la tropa. Luego, destruidos, se suicidarán el uno por el otro, en extrema manifestación de pasión y lealtad. Se aconsejaron mal (Cualquier duda consultar a Alejandro Oliveros).
Sobredosis
Los que conocen el arte de las consultorías saben que entre el consejero y el cliente debe existir respeto no interferido por sobredosis de amor, para que no se confundan sentimientos con ideas. El patriarca de las asesorías políticas y electorales, Jehezekel Dror quería evitar la tendencia nociva que se desarrollaba cuando los consultores se “enamoraban” del cliente. Por efecto de la proximidad personal con él, el equipo se convertía en un entorno, una especie de familia o tertulia de amigos, a la que llamó jaula de cristal, en la que estaba preso y sin contacto con la realidad externa. Otro importante pensador práctico, Nassim Taleb, habla del “síndrome de hotel”. Se refiere a que cuando hay importantes sucesos internacionales, periodistas de todas partes del mundo instalan sus corresponsalías en hoteles de cinco estrellas donde se alojan y conviven.
Y aunque cada medio y periodista tienen sus propias perspectivas, todos tramolean las mismas informaciones, que se comunican entre ellos y al final lo que se publica es una matriz común de supuestos o reales hechos. Taleb recomienda que los corresponsales busquen en la calle fuentes distintas para refrescar. Un candidato en campaña tiende a recibir solo los insumos de su entorno, los comentarios sobre lo que ocurre vienen digeridos por quienes lo rodean, nadie lo contradice y hasta las noticias que lee son informes de prensa preparados por ellos. Por eso es tan importante que el candidato mantenga relaciones permanentes con la dirección de su partido y con asesores externos que rompan la jaula de cristal, y le digan lo que pasa sin demasiadas contemplaciones. Basado en eso el gran gurú de las campañas Joe Napolitan, escribió su hiper best-seller sobre el tema, Cómo ganar elecciones.
Agradezco al que me contradice
Modernizó las campañas electorales en el mundo y lo hizo en Venezuela al ayudar a Carlos Andrés Pérez en 1973 a triunfar abrumadoramente, gestión modelo en el campo profesional, aun hasta nuestros días. Por fortuna, con accidentes, la oposición venezolana este año, en conjunto regresó a la estrategia electoral después de más de doce meses de desvaríos. Sin duda que los líderes son los que responden y pagan sus errores derrotados, presos, torturados, defenestrados y desacreditados en la opinión. Pero no hay que olvidar las culpas de los consultores, y ellos, por fortuna, dejan constancia de sus tontos asertos. No pagaron nada por esas pifias y pretenden seguir de pontífices sobre la acción política, que desconocen de manera infantil. Hoy se les ve muy tranquilos paladeando langostas en Papa Razzi de Boston y en Andrés Carne de Res de Bogotá. Y los aconsejados fregados.
Un bañito con jabón y regresan al día siguiente con nuevas orientaciones, desastre tras desastre. Por bien de todos, si es que sus asesorados los mantienen, como quien cría una serpiente de mascota, que entiendan de una vez que no hay vías rápidas, que si las hubiera serían tramposas, contraproducentes, como se demuestra cada rato, que la política y en general todas las decisiones hay que consultarlas. Que lo más importante a la hora de decidir, como plantea Karl Popper, es institucionalizar la refutación que permite ver las debilidades de los argumentos propios. Lo que se opina en familia no sirve mucho para las grandes causas colectivas.
@CarlosRaulHer