A diferencia de las personas del alto gobierno, que ruedan por estas calles en camionetotas blindadas con vidrios muy ahumados y rodeados de motos y escoltas, los demás, los ciudadanos comunes y corrientes, salimos a la calle a padecer del trafico, de la inseguridad, de las carencias y la escasez, de las inclemencias de esta vida cotidiana que se nos hace cada vez más difícil. Para nosotros todo está. Cuando decimos que hay gente comiendo de la basura, no hace falta ver fotos o videos porque todos hemos visto en alguna oportunidad cómo gente desesperada, familias desesperadas hurgan en la basura. Cuando hablamos de indigentes y de niños de la calle, es porque todos los hemos visto cruzar una esquina. Así, cuando nos dicen que hay una crisis de gasolina, y hay colas, pues no solo las hemos visto sino que hemos estado atascados en ellas. En otras palabras, la realidad nos abruma, nos toca con su arañazo y su golpe diario. No hay que apelar a medios de información para enterarnos de la desgracia que nos rodea, a menos, claro está, que usted sea del alto gobierno, y como rueda en su camionetota con sus vidrios negros no ve ni se entera de absolutamente nada.
Quebrar un país petrolero es algo difícil, pero esta gente lo ha logrado. Que un país petrolero no tenga gasolina es una circunstancia todavía más extrema. Pero eso también lo han logrado. Son increíbles. Acaban con todo.
¿Por qué no hay gasolina?
Petroguia informa que, según Ysmel Serrano –que aquí se nos dice proviene del entorno del vicepresidente Tareck El Aissami-, Vicepresidente de Comercio y Suministro de Pdvsa, “la situación proviene de falsos rumores”. (¡Vaya gobierno frágil! ¡Vaya empresa frágil que un rumor la pone a temblar!) Acota Serrano: “Contamos con suficiente gasolina producida en nuestras refinerías, seguiremos redoblando el despacho hasta estabilizar la distribución”. En El Universal, también citando al mismo vocero, se nos dice que la causa del problema es porque hubo retraso en el cabotaje de la gasolina. Pero aquí solo hablan de cuatro estados.
El vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, brinda una explicación más vaga pero quizá más efectiva. Efecto Cocuyo toma la cita del programa Con el Mazo Dando: “Ahorita hay un problema con la gasolina. Dentro de la cadena de trabajo hubo un fallo por razones ajenas a la voluntad del Gobierno y de Pdvsa”.
Reconoce que “ahorita” hay un problema, pero eso sí, lo primero es que no tiene nada que ver ni con el gobierno ni con Pdvsa; lo más probable es que la falta de gasolina sea culpa suya, estimado lector. Insiste Cabello en que “la derecha” y los ciudadanos sin carro están corriendo el rumor de que no hay gasolina”. ¿Qué es eso? El ciudadano sin carro es el ciudadano de a pie, y el ciudadano de a pie es el pueblo. ¿El pueblo corre un rumor maluco contra el gobierno?
Sigo leyendo la cita de Cabello: “¿Cómo tú sabes? No te hagas eco de rumores. En pocos minutos estará resuelto, Pdvsa ya está trabajando para resolver el problema, porque hablé con el Presidente y Vicepresidente de la empresa”. Entonces aplica su lógica de cómo se agrava el asunto: “Criticó a las personas que con el tanque “medio vacío” hacen colas para abastecerse de combustible. “Pero entonces la gente que tiene tres cuartos de tanque van y se meten en una cola para echar gasolina. Compadre, quédese quieto que el Gobierno le va a responder”.
El problema, Cabello, es que el venezolano ya sabe de sobra que el gobierno nunca va a responder. Por eso, así sea con el tanque “medio vacío”, está en la cola porque más que sospecha tiene la certeza de que el problema se va a agravar.
Pero ninguno de los funcionarios o voceros del gobierno repara en lo que hoy publica Tal Cual: “Amuay volvió a incendiarse. Ayer una inmensa nube de humo negro cubrió parte de la refinería de Amuay. El humo provenía del Mechurrio 4. El hecho fue producto de un incendio que se produjo a las 10:55 de la mañana. Los primeros reportes fueron informados en la red social Twitter. Tras el hecho, Petróleos de Venezuela calificó el incendio como menor y destacó que las operaciones de la refinería se mantienen con absoluta normalidad.”
Ese es el problema, negar la realidad. Una nube negra encima de una refinería y a usted le dicen, no chico eso es normal.
¿Normal?
El país está normal, tan normal que el presidente de la república hace como los muchachitos cuando juegan a Superman, que cogen una sabana o un mantel, se lo amarran al cuello y dicen “esta es mi capa de Superman”. Algo parecido hizo el presidente en cadena nacional. Pero ocurre que el presidente no es un muchachito, ya está crecidito y el país no está normal. Ayer, en un acto donde se exaltó la figura del cacique Guaicaipuro, el presidente se amarró no sé qué al cuello, y dijo textualmente: “Está bonita esta capa, ¿verdad? ¡Qué Superman ni qué Superman, yo me declaro Super Guaicaipuro!”
Ayer en la tarde, al terminar la cadena, Roman Lozinsky entrevistó al destacado director y actor teatral Héctor Manrique. Habían visto juntos la ocurrencia presidencial, y Lozinsky le preguntó a Manrique cómo se sentía después de semejante cadena. Manrique respondió: “Yo lo único que pido es un poquito de decencia.”
“Decencia”, según el diccionario de la Real Academia Española: 1) Aseo, compostura y adorno correspondiente a cada persona o cosa. 2) Recato. Honestidad. Modestia. 3) Dignidad en los actos y las palabras conforme al estado o calidad de las personas.
Ciertamente, desde el alto poder se nos ofende e insulta porque no hay decencia.
Sería bueno que se quitase la capa.
Que asco de gobierno que todo lo ve al reves ellos se llenan impumente y el resto del pais pasa el hambre y el trabajo hereje y heredaron la cara de piedra de Jv Rangel y por supuesto del monumental embustero de Huguito