Un enemigo menos

  La expresión actual es “Cara e’tabla”. Cara e’tabla alude a esa persona que no tiene ningún empacho a la hora de mentir. Como decía el refrán: “Se tragan el elefante y ni siquiera eructan”. Leeamos esta declaración del general Francisco Rangel Gómez, gobernador del Estado Bolívar, dada a Vladimir Villegas ayer en su programa en Globovisión:

  “Yo dije, yo dije, que se presumía, en mi primera declaración,  se presumía un enfrentamiento entre bandas armadas en la zona con las consecuencias que podían haber allí, pero que había que esperar las investigaciones, eso fue lo que yo dije. Y en una segunda declaración volví a repetir exactamente lo mismo, un enfrentamiento entre bandas que es lo que yo creo y deduzco que allí pasó”

  Él cree y deduce, y dice que eso fue lo que dijo. Pero leo en Efecto Cocuyo.com, el tuit que este mismo general de marras publicó el 5 de marzo de los corrientes a las 7:29 minutos de la noche (lamento mucho, general, que los tiempos modernos sean tan precisos que hasta le dan a usted el minuto y el segundo de la infamia). Dice Francisco Rangel Gómez en su tuit @rangelgomez: “Una vez más politiqueros irresponsables pretenden generar zozobra en el sur de Bolívar. Son falsas las informaciones sobre mineros asesinados.”

  Usted no dijo lo que dijo en el programa de Villegas, general.

  Pero el detalle está en que si fuese solo el general Rangel Gómez, todo el país le señalaría. Mas el general es parte de todo un estilo de gobernar, forma parte de esa nefasta cofradía que ha perjudicado al país en los últimos años.

  Yendo el caso de los mineros, dice el diario 2001: “Los mineros fueron asesinados a quema ropa”, según declaración de la Fiscal General de la República. Y en este mismo diario hay un cintillo subrayado en rojo que dice: “No descartan la participación de militares y policías en la masacre”.

  Hablando de militares, pasando a otro asunto. Ayer se cumplió el programa número 100 de “Con el Mazo Dando”. Y uniformados, muy disciplinados -como se estila en esa institución, aparentemente-, de verde olivo y pañuelo rojo al cuello, muchos militares fueron a celebrar los 100 programas. La foto en el twitter los muestra disciplinadamente sentados. Y el texto: “Militares agitan mazos de plástico al ritmo de Alí Primera en el programa número 100 de Diosdado Cabello que hicieron en el Cuartel de la Montaña”. ¿Para agitar mazos plásticos han quedado los militares? Se pregunta la población civil.

  Y no podemos cerrar nuestro comentario de hoy sin la necesaria referencia a la lamentable y muy condenable noticia que nos lleva al cierre del diario El Carabobeño. El Carabobeño hoy tiene su primera página en negro, y en blanco las letras del último editorial: “Zarpazo a la libertad. Hoy se está concretando un vil zarpazo contra uno de los más sagrados derechos del ser humano, el derecho a estar informado, ha llegado el impensado día en que El Carabobeño pone fin a sus ediciones impresas. Es el resultado de un enfrentamiento entre la libertad y el derecho que tiene la ciudadanía a estar informado, y un gobierno que llegó al poder a través de la malicia y el engaño para administrar el erario nacional y las instituciones como mejor les convengan”.  Sin embargo, dicen: “Nos vemos pronto. Hoy nos despedimos pero es solo un hasta luego. Volveremos. Lo sabemos.”

  Lo saben ustedes y lo sabemos nosotros también. El Carabobeño volverá. Como volverá la libertad y el derecho a opinar y a expresarse. Según reseña El Nacional en su primera página: “El Carabobeño sobrevivió a las crueles dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiméne”. Tuvo que cerrar en la de Nicolás Maduro.

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