¿Con qué criterio lee usted un titular de prensa? ¿A qué se atiene? ¿Le cree firmemente o le despierta suspicacias? Últimas Noticias, que es un órgano de propaganda del gobierno, titula hoy con relación a la reunión de la OEA: “El diálogo se impone”. El Nacional, que es un diario abiertamente opositor, titula: “Rodríguez Zapatero admitió en la OEA que aún no hay diálogo”. ¿Se impone o no se impone el diálogo? ¿Hay o no hay? Rodríguez Zapatero ha dicho: “Las conversaciones se encuentran en fase exploratoria. Será un proceso largo, duro y difícil. Pensando en las necesidades de los venezolanos intentaremos concretar un resultado lo antes posible”.
El gobierno ha levantado, en torno al supuesto o eventual diálogo, una cortina de humo. Diálogo a juro o diálogo “obligado”, que fue el término utilizado por Maduro (Nueva Prensa, Ciudad Guayana: “Maduro exige diálogo y pidió a los ciudadanos de su país que le ayuden a obligar a la MUD a dialogar (…) Dijo que está dispuesto a ver al mismísimo diablo por la paz de los venezolanos”). El detalle está en que mientras el gobierno trata de vender ante la colectividad continental que el país está normal y que no pasa absolutamente nada, la república, como sabemos, está desbaratándose a una velocidad vertiginosa y, amparados en la Constitución, los dirigentes de la oposición han promovido la realización de un referéndum revocatorio como única manera legal, cívica y expedita de salir de la crisis. Pero esta opción constitucional no existe en el discurso oficial.
Henrique Capriles desenmascara la posición de Rodríguez Zapatero cuando declara lo siguiente: “Me llama poderosamente la intervención del señor Zapatero ante la OEA. Él estaba en conocimiento de que hoy (ayer) era el segundo día de validación de las firmas para activar el referéndum, y que no haya mencionado la palabra referéndum por ninguna parte demuestra claramente su intención de diálogo. Por lo visto él ha estado en Venezuela pero no se dio cuenta de lo que ocurre acá”. Acusó a Zapatero de estar parcializado y remató: “La Constitución no se negocia, la Constitución está para cumplirla, si al señor Zapatero no le gusta el referéndum revocatorio ese es su problema. El no mencionarlo tiene claramente una intención, no es una omisión, no quiere que haya referéndum, él tiene que revisar muy bien cuál es su posición”.
Pero Zapatero ya lo dejó todo claro al afirmar que él estaba en todo esto a petición del gobierno venezolano. Él es la ficha del gobierno en este proceso, siempre alentado por la canciller Delcy Rodríguez, quien cada dia se comporta más como una aregandora de esquina que como una canciller propiamente. Hay una interesante cita de ella en El Nacional: “El gobierno ha consolidado el Estado de Derecho, cualquiera que los escucha piensa que somos un país destruido y en guerra”. Pues lamento decirle, señora Rodriguez, que tiene usted razón: somos un país “destruido y en guerra”. ¿No se ha dado cuenta, señora Rodríguez, que si se reúne la OEA con tanta insistencia para hablar de Venezuela, es porque en Venezuela pasa cualquier cosa menos una vida normal, tranquila y pacífica? ¿Es que acaso la OEA se reúne, por ejemplo, para hablar de Chile? No. Se reúne para hablar de Venezuela porque el problema de la región es Venezuela, y es Venezuela por la culpa de su gobierno.
Llaman la atención unas declaraciones de Juan Barreto en la página de Unión Radio: “Barreto cree que el Consejo Nacional Electoral debería facilitar que los ciudadanos puedan expresar su opinión”. La observación es pertinente habida cuenta de que ayer hubo todo tipo de retrasos e inconvenientes por parte del CNE. Que si no abren el centro a la hora igual a las 4 en punto se van los funcionarios del CNE. Que si se va la luz, que si se echó a perder la maquina, en fin. Todos sabemos las mil variantes que puede tener una operación morrocoy. Pero sigamos con Barreto: “No votaría en contra del presidente Maduro, pero quedaría una duda mayor sobre las instituciones si el CNE no colabora con los ciudadanos al considerar las sugerencias de la oposición para mejorar el proceso”. Y remata con una revelación: “Se estaría negociando la renuncia del presidente Nicolás Maduro para evitar la desaparición del chavismo. Barreto manifestó que los pactos y distenciones con los emisarios de los Estados Unidos por parte del gobierno nacional y el regreso de embajadores a ambos países, indican que hay preacuerdos establecidos”. Con lo que queda francamente descolocada y absurda la postura de la Canciller Delcy en la OEA, con su discurso histérico y anacrónico contra el imperialismo yanqui. Pero lo que más interesa subrayar de las declaraciones de Barreto es la revelación de que se quiere “hacer renunciar” a Maduro para “salvar” al chavismo”. Maduro, según el mismo declarante, ha manifestado su desacuerdo, obviamente. “Si el diálogo no cristaliza la bomba de presión estalla”. De manera que, para todos, la mejor salida sigue siendo el revocatorio.
Y, a propósito del revocatorio, a pesar de todas las marramucias y operaciones morrocoy, ya la cifra está en 156.968 firmas validadas. Para hoy se estima que holgadamente se rebasará el número necesario. Si es así, habrá revocatorio.