Tapar el sol con un dedo

  La sabiduría popular lo resume todo en una magnífica frase: “Es imposible tapar el sol con un dedo”; o es tan inútil, tan tonto, como querer tapar el sol con un dedo. La frase me viene a la mente cuando leo en El Universal: “El PSUV negó en la AN debate sobre la economía”. ¿Por qué lo negaron? Pues, porque dijeron “Aquí no hay crisis”. No hay “crisis económica” en un país donde la economía, día a día, hora tras hora, prácticamente, va de mal en peor. Me limito a leer, por ejemplo, el gran titular de hoy en El Impulso, en Barquisimeto: “El costo de los alimentos aumentó 75,2% en un año”. Según el CENDA el valor de la cesta alimentaria se ubicó en BsF. 6.810,49. Para agravar el panorama, Elías Eljuri, nada menos que el presidente del Instituto Nacional de Estadística, dice que “el salario mínimo apenas alcanza”.

  Por su parte, Fedecámaras afirma: Jorge Roig, dijo que “la desaparición de empleadores es una de las causas principales de la inflación”. Pedro Rivas, presidente de Fedeagro, dijo que “el Gobierno genera en Colombia empleos que faltan en el campo venezolano”. Y en Conindustria: “desapareció el 40 % del parque industrial”. Eduardo Garmendia, presidente de Conindustria afirmó que “se han perdido más de 373.204 industrias, con lo cual retrocedemos al mismo nivel de 1973”. Es decir, hemos retrocedido en nuestro parque industrial 40 años. ¡Y los parlamentarios del PSUV, tienen el tupé de decirnos que aquí no hay crisis!

  Y, porque no hay crisis, es entonces que el señor Maduro continúa con sus mismas obsesiones. Gran titular de El Correo del Orinoco: “Maduro acusó a la oposición de ir directo a un proceso de desestabilización”. Denunció la cartelización de la prensa en su contra. –Honestamente, ya está fastidioso demás-. “Ya ustedes entraron en la dinámica de ir directo a un proceso de desestabilización y aquí los esperamos”-insistió.

  Se va a China. Eso sí lo aprobó la Asamblea Nacional en el día de ayer. Mientras Maduro se va a China, Diosdado Cabello se apresura a decir que: “Aquí no va haber golpe de Estado. Maduro va a regresar de China y encontrar un país sin una sola asonada golpista. Que le echen pierna… Pueblo, Fuerza Armada y Estado estarán aquí para enfrentar cualquier conspiración”.

  ¿Cuál es esa obsesión que tienen Maduro y Cabello con la eventualidad de un golpe de Estado? El líder de la oposición, Henrique Capriles, a donde va lo descarta. Lo reiteró en Miami, ante sectores tan radicales como los del exilio venezolano: “que no, que la salida tiene que ser democrática”. Entonces, ¿por qué ese empeño? Y si ellos controlan a la Fuerza Armada, ¿por qué sospechan que será la oposición la que podrá proceder? Maduro se empeña en ello y, además, soltó esta perla.

 Según la reseña de AFP: El presidente Nicolás Maduro, dijo este martes que series como la estadounidense de El Hombre Araña, son parte de una fábrica de antivalores que fomentan la violencia entre los jóvenes de Venezuela, considerado uno de los países más peligrosos de América Latina. “Ese muchacho que a los 14 años carga una (arma) 9 milímetros tiene en el cerebro miles de horas de transmisión de series donde matan gente”, dijo Maduro al anunciar apoyos económicos al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles (…) “En estos días nos pusimos a ver el ‘Hombre Araña 3’. Eso es candela, desde que empieza hasta que termina es muertos y más muertos. Y es una de las series que más le gusta a los niños chiquitos (…) porque atrae, son comics que atraen (…) Tan es así que nos pusimos a verla y la terminamos de ver como a las cuatro de la mañana”.

 Terminó como un niño chiquitico. Si se termina de dormir a las cuatro de la mañana, uno entiende por qué después suelta lo que suelta cuando le ponen un micrófono por delante.

  Maduro, ¿que tal si usted en lugar de reparar en la violencia de El Hombre Araña 3, repara, por ejemplo, en lo que pasó en Sabaneta? Esa guerra absurda, sangrienta, terrible entre presos por el control del penal. Plomo, salvajadas, mutilaciones, cosas que, sencillamente, no se pueden narrar frente a un micrófono. ¿Y sabe que dijo, a todas estas, la señora Iris Varela, su ministro? “Vamos a cerrar el penal”. Así procede ella con todo, todo lo que la desborda, lo cierra, lo clausura, que es una manera de tapar el sol con un dedo.