Tan misterioso como la primera vez, en esta segunda oportunidad el señor Shannon llegó y se fue sin que se supiera. Las noticias vienen después de la partida. El Universal titula en primera página: “Shannon se reunió con el gobierno por segunda vez. Fue invitado a Caracas por el Ejecutivo para continuar las conversaciones bilaterales directas.” Pero quien informa no es el gobierno venezolano sino el Departamento de Estado. Dice El Universal que se reunió con altos personeros del gobierno. Pero según el diario oficialista Últimas Noticias: “El mandatario recibió en Miraflores a Thomas Shannon”. Es decir, de nuevo fue un encuentro directo y privado.
Recordemos la primera visita. Esta se produjo en la víspera de la Cumbre de las Américas. El señor Shannon llegó al país el 7 de abril, cuando se habían recolectado, según la propaganda gubernamental, vaya usted a saber cuántos millones de firmas para que Obama derogara el decreto. Cosa que, sabemos todos, no ha ocurrido ni ocurrirá, Obama dixit. En aquel entonces, como ahora, Shannon se reunió a puertas cerradas con Maduro. Y como bien comentan los despachos internacionales, después de esa visita bajó un poco el nivel de pugnacidad entre los dos gobiernos.
Maduro fue a la Cumbre de las Américas y no logró mayor cosa, apenas un breve intercambio de pasillo con Obama. Pero el decreto, repetimos, quedó intacto.
Ahora viene una nueva visita. Shannon llegó el domingo 10 de mayo y se fue el martes 12. Reunión a puertas cerradas, sin testigos ni mayor difusión mediática. Casi un evento clandestino.
¿Qué tanto habla Shannon con Maduro? ¿Por qué viene tanto y siempre como a escondidas? ¿Qué tanto le trae o qué tanto le entregan? ¿Son documentos en las alforjas de Shannon? ¡Corren tantos rumores! ¿Qué negocian? ¿Qué pide o busca el gringo? ¿Qué pide el otro? O, replanteado, ¿está en condiciones de pedir algo?
Dice una nota en el portal Efectococuyo.com: “Trascendió que el intermediario para facilitar la reunión fue el Grupo Cisneros. Hasta que se concretaron sus gestiones las puertas de Washington estaban cerradas para el gobierno venezolano.”
¿Traeremos por fin embajadores? No lo sabemos. En algún momento de esta pugnacidad, el gobierno venezolano le había pedido al de Estados Unidos que redujera el centenar de funcionarios diplomáticos norteamericanos en su Embajada en Caracas a niveles similares a los 17 que hay en la delegación venezolana en Washington. Que se sepa, no se ha ido uno solo de esos diplomáticos norteamericanos. Pareciera que todo lo que pide Maduro llega a nada, no se concreta en nada.
Por lo pronto ya se comenta de una próxima visita de Shannon y por dos largas semanas. ¿Qué tanto tiene que hacer (o resolver) un funcionario de su alta categoría en nuestro país y por tanto tiempo?
Ojalá alguna de estas preguntas tenga respuesta algún día.
