El Gobierno Nacional debería estarle muy agradecido a la Academia de Hollywood, porque anoche el twitter se dedicó a regar comentarios, opiniones, observaciones sobre lo que era la entrega de los Premios Oscar. Más de uno tuiteó: “No parece que estamos en Venezuela, esta noche no hay rumores, al menos en el twitter”. El comentario viene a tono porque la noche anterior, la noche del sábado, hasta ya entrada la madrugada, era rumor tras rumor. Y todo el fin de semana, en efecto, fue un solo rumor.
Ya hemos comentado -y hemos abordado el tema con especialistas-, cómo el rumor corre, se riega rápidamente, más rápido que la pólvora, sobre todo con estas nuevas redes sociales, el internet, el facebook, el twitter. Antes eran sencillamente “bolas” que corrían boca a boca; ahora todo el proceso es más sofisticado y también más rápido.
¿Pero por qué corren los rumores? En los tiempos en que no existía el internet y solo corrían “bolas”, como se les decía entonces, así como en los tiempos actuales, con todas estas redes sociales, el rumor corre básicamente por una razón: porque hay incertidumbre, porque no hay versión oficial, clara, oportuna y convincente de los hechos.
El Almirante Molero, Ministro de la Defensa, salió al paso a los rumores afirmando, vía twitter, que todo era unidad en la Fuerza Armada Nacional. Los rumores decían que había seria diferencias entre él y Nicolás Maduro. De hecho el día viernes, ese fue el titular en primera página en el Semanario Las Verdades de Miguel; y ya cerca de la medianoche Maduro apareció en televisión afirmando que todo estaba normal, con lo cual, evidentemente, se dispararon aún más las sospechas. Cuando el río suena…
Por otra parte, el Ministro Reverol suelta esta perla: van a investigar cómo se propagan los rumores en el twitter. ¿No sería más sencillo para el Gobierno Nacional aclarar y dar suficiente información de manera que no tengan que correr estos rumores? Por ejemplo, tenemos ya 80 días, a la fecha de hoy, sin ver a Hugo Chávez. Le trajeron de Cuba y ahora la situación es peor. Antes se tenía como excusa, por ejemplo, el mar Caribe: allá lejos está el Presidente. Ahora lo tenemos aquí al lado, en San Martin, en la ciudad de Caracas, en el Hospital Militar, y la cosa es peor. A efectos reales: seguimos sin noticias del Presidente.
Y surgen contradicciones como esta: por un lado dicen Jaua y Villegas: “Se ha agravado el tema de la insuficiencia respiratoria”. Y por el otro Maduro afirma que el Presidente pasó cinco horas de trabajo con su Gabinete. Alguno miente, es evidente.
Pasados los Oscars, ya veremos qué nos trae el día de hoy, ¿más rumores?
EL SENTIR DE UN PACIENTE TERMINAL CON AMOR BOLIVARIANO
Hoy desde mi lecho moribundo he querido transcribir mi dolor, mi desgarro, mi llanto y mi profunda cólera al observar el pasado y el presente de una lucha llanera por querer conquistar …y hacer realidad los ideales de mi más fiel admirador y seguidor, El Libertador Simón Bolívar.
Desde aquí, aunque muy tarde para retomar esa lumbrera; me dirijo a todo mi pueblo venezolano que con tanto fervor me acompañaron en esta dura batalla: a ustedes les ruego con mi corazón desgarrado que me perdonen por haberme dejado guiar; primeramente, por mi soberbia, por mi orgullo militar valentonado y escudado en un uniforme orgullosamente llevado, pero que no me hacía más que los demás y que sólo servía para amedrentar y pisotear a los más débiles y desprotegidos.
Perdón mi pueblo, con el alma ensangrentada, mil perdones. Desde el inicio, mi verdadera lucha siempre estuvo dirigida en construir una patria para todos, unida, pujante, aguerrida, con rumbos siempre definidos de justicia, libertad, prosperidad y paz; pero lamentablemente, y se los confieso se me escapó de mis manos perdiendo la brújula del impulso patriótico que me hervía en mis entrañas y desviándolo hacia un camino de odio hacia mis oponentes, con el firme propósito de verlos siempre bajo mis pies, arrodillados, humillados y muchas veces oprimidos bajo el yugo de mi prepotencia. Perdón, una y mil veces perdón, ya no puedo darle vuelta a esta página, a este camino que yo mismo he sembrado, fructifiqué y escogí.
En estas líneas, quiero expresarles la verdadera historia de mi implacable enfermedad que me consume cada segundo. Desde estas cuatro paredes, medito en mi fracaso, en mi destrucción como líder de un pueblo que vio en mí la posibilidad de salir de la miseria, de la desidia, del engaño, de la burla, de todos aquellos gobernantes que con sus discursos mezquinos y egoístas ofrecían promesas que los trasladarían prontamente a LA TIERRA PROMETIDA.
De rodillas suplicó perdón, por haber permitido que se derramara sangre, dolor, llanto, miseria… con ese slogan que tantas veces pronuncié; “PATRIA SOCIALISMO Y MUERTE”, con razón se dice por ahí; “de ilusiones vive el pobre”; -yo diría de ilusiones vive el pendejo crédulo-. Con profundo dolor y cólera recuerdo mi última etapa de esta terrible enfermedad, cuando me dejé llevar cual iluso ocultando mi verdadera realidad como paciente terminal, por aquellos mis supuestos dizque compatriotas, amigos, hermanos y otros tantos que fervientemente amaba y confiaba ciegamente, y que en su momento oportuno se hicieron partícipes en este batallar; para posteriormente, cuando ya los hilos del titerero estuvieran bien sobretejidos en la redes de la mezquindad; de esta manera, organizados para poder actuar libremente, escudándose bajo mi investidura y salir a la palestra lanzando sus dardos cobardes y egoístas para conseguir y ganarse los loores y vítores de la candidez de mi pueblo bolivariano.
Finalmente, me dirijo a todo el tren ministerial, ejecutor, militar, judicial y pueblo en todos sus estratos sociales, llegó la hora de soltar las cadenas opresoras de maldad. ¡BASTA! Ya no más mentiras, no más engaños, no más mezquindades, ni egoísmo, no más ensayos y torturas en mi cuerpo ¡NO MÁS!, deseo descansar, aunque ya no en paz como quisiera y sin poder mantener mi frente en alta, pues siento mucha vergüenza en hacerlo, por haber sido partícipe de tantas muertes y dolores por mi estupidez de querer llevarlos a formar parte de un sistema que hace mucho tiempo había sido abolido. Qué tristeza siento cuando ya no me queda aliento, sin esperanzas de vida y con todo mi cuerpo torturado cual conejillo de indias; por eso, una vez más perdón mis queridas hijas, perdón padres adorados, perdón hermanos y familia, perdón militares caídos, perdón, perdón… Me despido Patria Bonita, Patria Soñada, Patria Grande, Patria Gloriosa. ¡ADIÓS! Mi Patria Bolivariana con todos sus Sueños del Gran Simón Bolívar.
PD: Responsablemente, hago público este escrito, propio de una ciudadana venezolana, profesional, con estudios avanzados de Medicina (LUZ), que como estudiante de esta loable carrera, se hace sensible al dolor humano, a un paciente con enfermedad terminal, su sufrimiento infernalmente doloroso; ser portavoz de su grito lastimero y poner punto final a la travesía que ha tenido que transitar que lo conduce despiadadamente a la muerte. El clamor de un ser humano que gime a Dios: -“Señor pasa de mí este sufrimiento y permíteme llegar a tu Santo encuentro”-; suplicar piedad para sus hijas, sus padres, hermanos y familias, las cuales no desean continuar viviendo el calvario de ver como cada día más su ser amado vive la más vil de las canalladas al no dejarlo descansar en paz; igual desean que finalice la obra teatral creada y organizada por el egoísmo, la avaricia y las ansias de poder. Como venezolana y ciudadana amante de su pueblo ruego a Dios que este escrito sirva para rendir tributos y respeto a todas aquellas personas que padecen enfermedades terminales, especialmente, los pacientes de cáncer y que de una u otra forma no pueden hacer valer sus derechos y deseos por el simple hecho de estar postrados en una cama de un hospital, negándoseles descansar en santa paz.
Valga también, para todos aquellos profesionales de la Medicina que tengan siempre presente su juramento hipocrático que una vez vitorearon ante una Biblia, autoridades rectorales, compañeros, familiares, amigos y sociedad entera y no se dejen seducir por los hambrientos de autoridad. Pidan a Dios Su Sabiduría a la hora de asistir a sus pacientes, velando siempre para que reciban la atención adecuada, el tratamiento necesario y el ambiente apropiado. Como venezolana y ser parte importante de este hermoso planeta tierra, no puedo seguir caminando en silencio, viendo los toros participar en el ruedo; hoy utilizo las botas no del presidente, sino la de un ser humano asilado en una dura cama implorando misericordia y respeto a su dolor, respeto a sus familiares, respeto a sus seguidores que día a día siguen rogando para que se proyecte la luz de la justicia, el amor y la paz en toda Venezuela.
Concluyo, con este hermoso himno-canción de mi querida Venezuela.
Llevo tu luz y tu aroma en mi piel Y el cuatro en el corazón llevo en mi sangre la espuma del mar
y tu Horizonte en mis ojos.
No envidio el vuelo ni el nido al Turpial SOY COMO EL VIENTO EN LA MIES Siento el Caribe como a una mujer SOY ASÍ QUE VOY A HACER
Soy desierto, selva, nieve y volcán Y AL ANDAR DEJO MI ESTELA El rumor del llano en una canción QUE ME DESVELA
La mujer que quiero tiene que ser CORAZÓN, FUEGO Y ESPUELA Con la piel tostada como una flor DE VENEZUELA……
Con tu paisaje y mis sueños me Iré por esos mundos de Dios y tus recuerdos al atardecer me harán más corto el camino….
Entre tus playas quedó mi niñez tendida al viento y al sol y esa nostalgia que sube a mi voz sin querer se hizo canción……..
De los montes quiero la Inmensidad y del río la acuarela y de ti los hijos que sembrarán
nuevas estrellas…….
Y si un día tengo que naufragar Y el tifón rompe mis velas enterrad mi cuerpo cerca del mar en Venezuela………..
Letra y música: Pablo Herrero y José Luis Armentero
http://mx.youtube.com/watch?v=TvYTnFlTRk…
Con todo mi corazón, desde Lima, Perú, 20/02/2013
Licda. Alba Elena Medina. C.I.:V-5.179.619
Móvil: 945242329