Remedios caseros

  El Presidente se fue a Naciones Unidas. Ahora, por fin, tiene las condiciones de seguridad ideales para él. Recuerden que esa fue la excusa por la que no visitó la Asamblea anterior. Y en esta oportunidad, ante una sala prácticamente vacía, dio su discurso. En este rechazó la llamada economía verde, y, en un acto previo en el Bronx, fue mas al punto político y le pidió a Estados Unidos que “rectifique la errática política de acoso contra Venezuela”. La página de Unión Radio le cita: “Dejen de financiar a la oposición fascista”. ¿Y qué dijo el gobierno de Estados Unidos? En una decisión -creo que inédita- el Presidente Barack Obama pidió nada menos que la libertad para Lepoldo López.

  Según lo reseña El Nacional: “En un acto de la iniciativa Global Clinton, el Presidente de los Estados Unidos se refirió a los líderes que han dado su vida por la libertad de sus países y se solidarizó con quienes se encuentran detenidos en este momento. Entre ellos se solidarizó con el político venezolano Leopoldo López”.

 Conociendo la manera de actuar de nuestros gobernantes, quizá estás palabras de Obama resulten contraproducentes para la causa de Leopoldo López. Ya veremos que ocurre.

  Mientras el Presidente está allá en los gratos  aires otoñales de la ciudad de Nueva York, el chikungunya, el zancudo enemigo, sigue haciendo de las suyas en el país. El Correo del Caroní, en Ciudad Guayana: “Baja vigilancia epidémica del país propicia entrada de enfermedades contagiosas. Repunte de casos de dengue, malaria, diarreas y chikungunya en Venezuela evidencia falta de controles sanitarios del gobierno.”

  Y, ya que no hay medicinas, fíjense a dónde hemos llegado. El Tiempo, en Puerto La Cruz: “Buhoneros del mercado porteño venden acetaminofen a 50 bolívares”. Resulta que el acetaminofen es el medicamento indicado, pero no lo hay. Y como no lo hay, en lugar de ser la Venezuela del siglo XXI, ya pasamos a ser la Venezuela de aquellos tiempos de malaria y paludismo cuando Juan Vicente Gómez. Ahora, como entonces, las medicinas, los “remedios” son caseros. Hoy El Nacional, en su primera página, nos da una serie de medidas.

  Sumergir clavos de olor en alcohol durante cuatro días y agregar el líquido en crema o en aceite para bebé (…) No utilizarlo en niños.

Cortar una naranja o limón por la mitad e incorporarle clavos de olor, colocar en aéreas estratégicas para ahuyentar los zancudos.

 Licuar hojas de malojillo o menta con agua o aceite de bebé en iguales cantidades, se cuela y aplicar el líquido sobre la piel.

Y finalmente poner algunas ramas de crisantemo o flor de jazmín en la casa porque eso aleja los mosquitos.

Ahora se agotarán las ramas de crisantemo y las flores de jazmín. A este paso ya no digo principios de Siglo XX: vamos derechito al XIX.

Terminaremos a punta de ramalazos.

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