¿Quién le quiebra el espinazo a quién?

  No es lo mismo celebrar un año de la victoria de Hugo Chávez, cuando ya estaba prácticamente desahuciado, en un momento que no deberían recordar tanto, porque lo único que nos viene a la memoria es cómo se engañó a todo un país, vendiéndonos a un hombre que, supuestamente, estaba completamente sano, vigoroso, ya definitivamente curado; y todos sabían, al menos todos  en la alta cúpula chavista lo sabían, y el resto del país lo sospechaba, que estaba prácticamente en los estertores finales, como después se comprobó. Ayer, el señor Maduro trató de revivir la euforia que provocaba Chávez en sus seguidores, y no logró nada de ello, y no sólo porque hubiese caído un palo de agua, sino, sencillamente, porque el señor no tiene con qué.

  Lo que si sigue teniendo y lo exhibe sin pudor alguno, es una paranoia, un miedo, un pavor terrible. Leo en El Correo del Orinoco -a propósito de la reunión de hoy en la Asamblea Nacional, donde solicitará la Habilitante-: Le solicitó al Ministro Rodríguez Torres, especial atención en materias de seguridad, porque en el antichavismo “están muy nerviosos y desesperados por mi visita y son capaces de intentar cualquier locura”.

  Le quedan realmente ridículas estas manifestaciones de miedo. Miedo, miedo por todas partes. Ahora, el otro temor que manifiesta es éste: “me eligieron a mí por 6 años y yo voy a gobernar por 6 años”.

  ¿Sospecha que no va a llegar a los 6 años? ¿Por qué tiene que insistir en algo que en teoría debería ser obvio? Insiste en lo del golpe, en lo de la asonada golpista. Ayer, ya lo conversábamos en el programa de radio con el Vicealmirante Carratú, el contrasentido inmenso que supone que los militares den un golpe de Estado en un Gobierno militar, donde, de paso, están todos completamente mimados.

  Además, para el país nacional lo que más se quiere, lo que más deseamos los venezolanos es, precisamente, salir de los militares que han demostrado ser profundamente ineficientes, profundamente incapaces. Lo que deseamos los venezolanos es un gobierno de civiles, capaces, preparados y honestos.

  Pero sí hay algo en las palabras de Maduro ayer que dicen mucho -y vuelvo a leer de El Correo del Orinoco-: “O  transformamos el modelo económico o la burguesía le quiebra el espinazo a la Revolución Bolivariana”. Una de dos. Se llegó, pues, a la disyuntiva final. O es esto o es lo otro.

  Así se entiende, entonces, el titular de El Mundo: “El socialismo viene vía poderes especiales”; o el titular en El Universal: “Buscan cambiar el modelo económico con Habilitante”. Y repiten la cita: “Transformamos el modelo económico o la burguesía le quiebra el espinazo a la Revolución Bolivariana”.

  Está claro, Maduro, que tal como venía la economía se ha asfixiado al país. Como dijo Merentes, “la  revolución fracasó en el terreno económico”. Tal como van, el país se ha hundido. No hay manera de rescatarlo a menos de que haya un cambio radical, lo que para Maduro sería, según sus palabras, que le quebrasen el espinazo a la Revolución.

  ¿Qué haría, entonces, con una Ley Habilitante? ¿Qué significa aplicar el socialismo por completo? O como cita El Nuevo País: “(Diosdado) Cabello llegó desde Rusia “convencido” de que hay que profundizar la revolución”.

  ¿Vamos ya abiertamente a la dictadura? ¿Vamos ya abiertamente al cambio radical comunista de la economía en el país? ¿Es eso lo que está planteado?

  Eso, pues, será lo que probablemente se descubra esta tarde en la Asamblea Nacional. Todo, si el misterioso diputado 99 aparece y da el sí.

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2 comments

  1. Esa sopecha o esa preocupación de la dictadura se oye abiertamente en las calles de Caracas. Pero, también es mayoría quienes apuesta a un cambio. O sea cambiar el socialismo por la democracia plena, por la vía que corresponda. Y creo que la vía la va ha tomar el pueblo quien ya no aguanta la escases ni las interminables colas para comprar un simple paquete de papel toalé, o la leche especial para el biberón del bebé, o simplemente un kilo de azúcar o de harina Pan.

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