Ayer en la mañana me sentí muy feliz. Iba como todos los domingos, en mi costumbre de toda la vida desde que me fui de casa, a comprar la prensa para llevársela a mi mamá que no deja de leerla con interés y no poca angustia. Me sentía feliz porque en el cajero automático me dieron lo que necesitaba, y me lo dieron en billetes de 100. La felicidad, evidentemente, me duró muy poco. Par de horas después me enteré de que todos esos billetes en mi bolsillo pasaban de ser, lejos de un alivio un nuevo peso, una nueva tortura impuesta por el gobierno. Mi mamá luego de leer la prensa me llamó para soltarme la frase que, a pesar de toda su cultura, prudencia, mesura y educación, viene diciendo desde hace unos cuantos años: “Este gobierno lo único que hace es joder”. Así, con todas sus letras.
Pero pasan las generaciones y todos piensan igual. Adriana Núñez Rabascall, que bien podría ser la nieta de mi mamá, llegó esta mañana al estudio y lo definió de una manera muy descriptiva: Se reúne la sala situacional en Miraflores y dicen: ¿de qué manera podemos fregarle la existencia mañana a todos los venezolanos? Se prende una lucecita, gritan ¡Bingo!, y he allí la respuesta: ¡Vamos a eliminar el billete de 100!
¿Pero por qué tamaño disparate? El señor Maduro, que no es militar pero está rodeado de militares, aduce una razón bélica: “somos invadidos”. Invadidos por una mafia que viene desde el exterior, como en las películas de Maxwell Smart, para atacar la estabilidad del país. Leo en el 2001: “Cerrarán vía aérea, terrestre y marítima para evitar que el dinero extraído regrese al país”. Y según citan en El Correo del Orinoco, la Artillería del Pensamiento: “El Presidente ordenó a los ministros de Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López, y de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Mayor General Néstor Reverol Torres, emprender acciones para que no regresen esos billetes al país”. Somos atacados, pues, como en las malas películas serie B de ciencia ficción, por billetitos enemigos.
¿Esto es serio? ¿Qué está pasando? ¿Por qué esta medida tan extraordinariamente absurda? Como bien dice Henrique Capriles: “¿A quién se le ocurre hacer algo así en diciembre con las dificultades que hay? A Maduro y su cúpula.”
Se supone que el jueves 15 llegan los nuevos billetes. ¿Qué tal si esperamos al jueves? No. ¿Para que esperar hasta el jueves si antes podemos fregarle la vida a los venezolanos? “Al billete de Bs 100 le quedan 72 horas de vida”, como titula buena parte de la prensa nacional y regional. ¿Pero cuántas horas nos quedarán de vida a los venezolanos; de vida pacífica, moderna, sana, próspera y risueña? Hoy en El Nacional el escritor Méndez Guedez afirma que Venezuela es el país más triste del mundo.
Y es difícil ser venezolano en estos tiempos, sobre todo porque uno es sospechoso, siempre sospechoso. En Tal Cual citan al diputado Elvis Amoroso: “El que lleve más de 2 millones de bolívares en billetes de 100 pasa a ser sospechoso a los ojos del gobierno. Y el Sebin estará en el BCV vigilando a los que cambien los billetes de cien”. El inefable Sebin.
Pero la cruda, rebelde y muy antipática realidad la trae hoy Konzapata.com, con la firma de José Rafael Rotandaro: “Con un horario normal de apertura de oficinas de 8 horas, eso significa que para poder canjear todos los billetes, deben procesar 382 millones de billetes por hora. Maduro anunció que los billetes serán canjeados sólo en la banca pública y en el propio BCV. La Superintendencia de Bancos informa que la banca pública contaba con 1.140 oficinas en octubre, a lo que habría que sumarle las dos oficinas del BCV. Eso se traduce en que en cada oficina deben canjearse 334 mil billetes por hora, o 5.574 billetes por minuto. Las mismas estadísticas de la Sudeban (que por cierto tiene nuevo Superintendente) arrojan que en promedio cada agencia o sucursal de la banca pública cuenta con 6 empleados. No todos ellos están en la capacidad de canjear billetes, por sus funciones o por no haber taquillas adecuadas suficientes. Un estimado optimista de los cajeros promedio por oficina sería 3. Eso significa que cada uno debe estar en capacidad de canjear más de 1.800 billetes por minuto”. Y usted sabe muy bien que un minuto solo tiene 60 segundos. Y mientras usted leyó lo anterior pasaron 2 o 3 segundos. ¿Y en ese instante cuántos billetes pudieron ser transados?
En otras palabras, es mentira. Como todo lo de este gobierno, es mentira. Otra mentira más. Es imposible llevar adelante el último disparate de Nicolás Maduro.
….DE VERDAD… SON GANAS DE JODER….