El fin de semana bajé a La Guaira y me llamó la atención que en las entradas de los túneles, los Boquerones, habían carpas, sacos de arena y tanquetas de la Guardia Nacional. Los sacos de arena recuerdan a las películas de guerra, se usan como barricadas, y las carpas evidencian que los militares pretenden pasar allí un buen rato. Huelga hablar de la tanqueta y sus usos represivos.
Hoy El Nuevo País se ocupa de esto. Publica fotografías de varios túneles. Se ven sacos de arena, carpas, guardias nacionales y tanquetas. Se preguntan: “¿Preparándose para el 1S?” Si es así, la pregunta que sigue es obvia: ¿qué es lo que espera el gobierno de la marcha del 1 de septiembre? Hay mucho miedo por la convocatoria opositora. Están erizados del susto. Andreina Flores nos comentó que cuando la detuvieron por estar tomando fotos en El calvario, los oficiales de inteligencia del ejército le preguntaron si esas fotos tenían que ver con la marcha del 1 de septiembre ¿Qué espera el gobierno que ocurra?
José Vicente Rangel declaró que: “Esa convocatoria constituye un chantaje inaceptable”. ¿Por qué Rangel? ¿Dónde está el chantaje?
“La MUD lo que quiere es derrocar a Maduro”, este titular, tan inteligente y preclaro, lo publica El Correo del Orinoco, diario oficialista. La frase se la dijo Jorge Rodríguez precisamente a José Vicente Rangel en su programa de televisión. Leo: “El alcalde de Caracas y dirigente nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela alertó en torno a los planes de la oposición de querer desempolvar el expediente de la violencia, lo que resulta evidente si se hace análisis del lenguaje que usan para convocar para el 1 de septiembre”. ¿Cuál lenguaje, Rodríguez? El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, hoy en El Nacional declara: “Lo del 1 de septiembre será una actividad cívica no un choque”. De manera que solo el gobierno está viendo confrontación y violencia en la convocatoria. Pero Jorge Rodríguez, como psiquiatra, debe saber cómo funcionan los vericuetos de la mente humana, y podría aplicar también sus tormentos al lenguaje que usa el régimen. Por ejemplo, ¿hay o no hay violencia en las palabras de Diosdado Cabello? ¿Al blandir ese mazo de plástico no está haciendo una clara alusión a la violencia?
Jorge Rodríguez declaró la semana pasada esta dura frase: “La oposición promueve una campaña para que la gente sienta deseos de asesinar”. Elizabeth Fuentes, en Konzapata.com, propone que ”Jorge Rodríguez explique ¿quién influencia a Nicolás Maduro para que ordene una masacre?” ¿Por qué? Porque por un lado Rodríguez dijo eso de los deseos de asesinar y por el otro Maduro amenazó que si la marcha del 1 de septiembre se convertía en golpe, Erdogan (el presidente turco) iba a quedar como un niño de pecho al lado de lo que él haría. Dice Fuentes: “El presidente aseguró estar preparado para eso, masacrar y reprimir, como si estuviese bajo los efectos de una campaña de guerra psicológica inoculada desde Cuba”.
Lo cierto es que los altos voceros del régimen hablan desde una paranoia preocupante. Ven fantasmas, amenazas en todas partes. Sienten que cualquier expresión lo que busca es sacarlos del poder. Y si es así, ¿cómo hacemos? El país ya no los quiere, el país solo quiere que se vayan. Cuando Rodríguez dice “la MUD lo que quiere es derrocar a Maduro”, hace trampas, juega con las palabras. No, no es derrocarlo, es sacarlo constitucionalmente. Y de ahí la urgencia del revocatorio. Eso es lo que quiere el país, lo dicen todas las encuestas.
El Nuevo País lo publica en su gran titular de hoy: ”La MUD aclara el panorama. La oposición deja claro que el único objetivo de la marcha del 1 de septiembre es lograr el 20% de las firmas para el revocatorio”
¿Por qué entonces tanto miedo en el gobierno, o es que saben algo que el resto de los mortales no sabemos?