En la primera página del Correo del Orinoco veo la fotografía de Nicolás Maduro muerto de la risa. Comparte con un señor a quien no conocemos que también ríe. Más allá, mucho más pequeño, está el General Rodolfo Marcos Torres, él también ríe. ¿Por qué en las fotos estos altos personeros del gobierno siempre muestran esas sonrisas tan divertidas? ¿De qué tanto se ríe esta gente? ¿Por qué no comparten el chiste o la ocurrencia con los demás, a ver si en la penuria cotidiana nos alegramos un poco? No lo sabemos.
Pero lo cierto es que entre carcajada y carcajada el señor Maduro dijo -y este es el gran titular del diario oficialista Correo del Orinoco, La Artillería del Pensamiento-: “Maduro: Estamos listos para honrar hasta el último dólar los compromisos internacionales. Este año no será excepción. Estamos listos para seguir cumpliendo nuestros compromisos internacionales completicos, al pelo, hasta el último dólar”.
El Universal: “Venezuela garantiza el pago de compromisos internacionales. El vicepresidente para Economía y Finanzas, Rodolfo Marco Torres, aseguró que el Gobierno cuenta con la capacidad de cumplir las obligaciones adquiridas con otras naciones y garantizar el pago de la deuda externa e interna.” Todo el empeño va hacia la deuda externa, solo después la interna.
A ver, si están tan dispuestos a pagar y tienen todo el dinero para pagar, ¿por qué no pagan? ¿Por qué se ha tenido que llegar a esta situación? Paguen y no anuncien tanto. Hoy, sin ir más lejos, El Nacional trae un titular realmente penoso y lamentable: “Suspenden cirugías por falta de suturas”. ¡Ya se llegó hasta eso! Entonces, ¿por qué no pagan?
Hoy en el feroz editorial de Tal Cual -“Hacia dónde nos lleva el gobierno”-, Teodoro Petkoff, el economista, nos da un recuento de todas las deudas del gobierno. “A los importadores farmacéuticos se les adeuda 3.500 millones de dólares. Alimentos 4.200 millones de dólares. Sector automotriz, autopartes, 3.000 millones. Líneas Aéreas 3.700 millones. Hoy -dice Petkoff- el mejor negocio en Venezuela es adquirir dólares a 6,30 y venderlos en el floreciente mercado negro por una cantidad más de doce veces mayor.”
Acto seguido menciona el polémico artículo de los destacados economistas Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos: “El hecho de que el gobierno haya decidido incumplirle a 30 millones de venezolanos para pagarle religiosamente a Wall Street no debe ser interpretado como una señal de rectitud moral. Es más bien una muestra de su decadencia moral”.
Señores del gobierno ya no cacareen tanto. Paguen lo que deben. Y punto.