Euforia en la oposición. Mejor diría, para ser más exacto, euforia en el país. Porque hace rato esto dejo de ser una circunstancia entre el gobierno y la oposición. Prácticamente estamos hablando de un país y de un gobierno que tiene a todos en contra. Decía euforia porque, según el titular de El Nacional: “Con 1.102.236 firmas se quintuplicó lo exigido para solicitar revocatorio.” Henrique Capriles nos había declarado, en el programa de radio, que en cuestión de horas se recogerían las firmas, que no hacían falta los 30 días previstos. Y tuvo razón, en cuestión de horas se logró una cantidad abrumadora. Le cita El Nacional: “Imposible arrancar con mejor pie el camino del referéndum revocatorio. Todo esto reafirma el civismo del pueblo venezolano, que quiere lograr una salida a la peor crisis que se ha vivido en la historia de Venezuela. El cambio es indetenible. Vamos a prepararnos para lograr los 4.000.000 de firmas que están establecidos en nuestra carta magna”. A este ritmo, quién lo duda.
¿Qué reacciones hay ante esta situación?
El Universal cita al diputado chavista Hugbel Roa: “El chavismo no teme a la voz del pueblo.” Esta frase es interesante porque ya se reconoce que el chavismo no es la voz del pueblo. El chavismo nos ha chantajeado durante diecisiete años afirmándonos que ellos son el pueblo, su voz, su cuerpo, su entidad. Pero ya no, y lo reconocen. Cuando el diputado Roa afirma que “el chavismo no le teme a la voz del pueblo”, es porque evidentemente entiende que esa voz no está en ellos. Y al afirmar que no le temen reconoce, además, que la tienen en contra. Basta la decisión de ir a firmar para saber la razón del pueblo firmante.
Otras reacciones. Como es sabido, hoy cierra Empresas Polar dos de sus más importantes plantas. Situación grave, en extremo delicada. Pues bien, ya en su programa Diosdado Cabello había advertido: “Planta que esté parada de la Polar el pueblo de Venezuela a resguardarla.” ¿Qué quiere decir? ¿Es una orden, es una simple arenga? En cualquier caso es incitar a la violencia, es un acto delictivo.
Para seguir con Polar. Aristóbulo Istúriz le dice a Lorenzo Mendoza que rompa el cochinito. Istúriz, el problema es serio, no solo el de Empresas Polar, el de todo el país, el de toda la empresa privada es un problema muy serio. Hablar entonces del cochinito es, por decir lo menos, una mamarrachada.
Otras reacciones ante lo que está ocurriendo. El general Rodolfo Marco Torre, Ministro de Alimentación, ayer fue condenado con un voto de censura en la Asamblea Nacional. Y este voto, es bueno acotarlo, es consecuencia de sus propios números; con base en la Memoria y Cuenta presentada por el Ministerio de Alimentación, fue que la Asamblea Nacional concluyó: la gestión es pésima y este señor no puede seguir al frente de esta cartera, hay que salir de él. Como bien titula hoy El Nuevo País: “La corrupción se tragó la comida del pueblo. La Asamblea Nacional destapó el guiso en el Ministerio de Alimentación”.
Sabemos que el gobierno no le va hacer mayor caso a lo que diga la Asamblea, y en El Mundo citan al presidente diciendo: “Al General Marco Torre no lo remueve nadie”. El general de marras, por su parte, dice, con relación a la crisis del pan, que ya viene la solución. El 2001 hoy destaca: “El gobierno traerá su pan bajo el brazo. 64 mil toneladas de trigo son fondeadas para su distribución, anunció Marco Torres, a quien, por cierto, le aprobaron moción de censura en la Asamblea.” Pero en El Nacional vemos una foto en primera página que contradice al ministro-general. En la foto, tomada en una panadería local, se lee en un cartel precariamente escrito a mano: “No hay pan por falta de harina hasta que aparezca… Disculpen…” La leyenda que la acompaña dice: “La crisis se comió el pan canilla. Algunos comerciantes destinan la poca harina que obtienen a productos que les generan mayor rentabilidad. El Ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, informó que llegaron al país 64.000 toneladas de trigo, pero Fetraharina advierte que es insuficiente para garantizar el abastecimiento”. En otras palabras, el general anuncia con alivio que el trigo ya viene en camino, pero los panaderos le advierten que el cargamento es insuficiente. ¿Hubo un mal cálculo? ¿Fue una decisión apresurada, por salir del paso? Quizá ambas y muchas otras razones lamentables.
Ahora, entre las muchas reacciones al firmazo, la más insólita, sin duda alguna, es la del propio presidente Nicolás Maduro. Ha dicho el señor Maduro que él no vio a nadie firmando en su contra. Cuando leímos el comentario, nuestro productor Alejandro Hernández comentó: “Bueno, es que él solo ve canal 8”. El canal 8, agrego, y el documental de Morgan Freeman sobre Dios, a ver si allí encuentra alguna respuesta a sus angustias. En fin… Hay un viejo refrán que sentencia: “No hay peor ciego que el que no quiere ver.”
Déjeme comentarle algo, señor presidente. Si bien con mucha responsabilidad Henrique Capriles dice que se ya lograron 1.102.236 firmas, avanzada la noche ya se hablaba, en el seno de la MUD, de más de 2 millones de firmas… Y todas en su contra.