Tiempo atrás comentábamos que en los regímenes totalitarios, todo aquel que no forma parte abiertamente del régimen, pasa a ser considerado sospechoso. Sospechoso de cualquier cosa, pero siempre sospechoso. Pues bien, para que confirmemos ese parecer, hoy viene el vicepresidente Arreaza y nos dice en titular de Últimas Noticias: “Quienes se oponen a la habilitante son sospechosos”.
¿Sospechosos de qué, señor Arreaza? A ver… Puedo sospechar, valga la redundancia, que el señor Arreaza sospecha que quien no esté con la habilitante está con la corrupción. Ya Manuel Felipe Sierra había advertido: “Maduro argumentará que la oposición no combate la corrupción”. Ya muchos han señalado que la habilitante no tiene ningún sentido a la hora de luchar contra la corrupción.
¿Quién es el que roba aquí?, se pregunta Teodoro Petkoff en el editorial de Tal Cual. “¿A cuenta de qué pide Maduro una Ley Habilitante? El pretexto aducido es el de que hace falta para luchar contra la corrupción. El pretexto mismo es inmoral, el país no necesita más leyes contra la corrupción, porque ya las tiene, en particular una con ese nombre. Lo que el país reclama es que las leyes sean aplicadas. Si esto es así -y así es- entonces por qué exige Maduro que le sean otorgados poderes especiales. ¿Acaso una nueva ley paralela a las existentes va a lograr el milagro de que sean aplicadas? Aquí hay gato encerrado”.
Y en efecto hay gato encerrado. ¿Cuál es ese gato encerrado? El titular de El Nuevo País nos lo dice: “Habilitante=Paquete”. Detrás de esto viene un paquete.
Ayer, conversando en el programa con los constitucionalistas Linares Benzo y Rafalli, advirtieron: “seguramente lo que está detrás es la aplicación de medidas drásticas de carácter económico. Lo de menos es el tema de la corrupción”. ¿Por qué? Porque no hay real voluntad de luchar contra la corrupción. Si hubiese tal real voluntad, por ejemplo, la Contralora encargada, la señora González, no hubiese salido con esto que resulta una bofetada para el discurso de estos días: el señor Diosdado Cabello es completamente inocente de corrupción en su gestión como gobernador de Miranda. A lo cual Capriles ha reaccionado diciendo que: “es el colmo del cinismo si se llevaron hasta las lámparas de la gobernación”.
Vamos entonces a la discusión de la habilitante y para poderla aprobar necesitan un voto. Dice El Nuevo País: Expectativas sobre quién será el Diputado opositor que dará su voto para completar la mayoría oficialista que aprobaría el delicado instrumento por el cual mandará Maduro sin control. En ese sentido El Mundo nos dice: “El chavismo negocia contra reloj para buscar la habilitante”. La lucha contra la corrupción alimenta el debate en la Asamblea Nacional. “El PSUV a la caza del voto que le falta a Maduro”.
¿Lograrán ese voto? ¿Lograrán que alguien salte esa talanquera? Mientras tanto, ¿en qué va a parar la lucha contra la corrupción? ¿De quién sospechará ahora el joven vicepresidente Arreaza? ¿De todos nosotros?
Lamento decirle, querido oyente, que usted también es sospechoso.
Mejor imposible
Hola Cesar Miguel. Si la bancada oficialista, quisiera aprobar esa habilitante, simplemente lo harian con o sin los votos de la oposicion, asi de facil, despues de la inhabilitacion de Mardo, todo es posible. Para ellos de la constitucion para abajo, todas las leyes son letra muerta, y solo las traen a la vida, cuando les convienen y despues las vuelven a enterrar. Ahora si no lo han hecho; es tal vez, porque no saben, si por esa guillotina, pasaran sus propias cabezas. Creo que para maduro y su entorno de confianza, hay incomodos de todos los colores, incluyendo algunos rojo-rojitos. Es mi humilde opinion. Federico.
Todos somos sospechoso s hasta que se demuestre lo contrario