Llama la atención la diferencia de criterios que, abordando las declaraciones de Eulogio del Pino, existen entre el titular de El Nacional y el de El Universal, por solo citar dos emblemáticos diarios capitalinos. El Universal: “PDVSA aportó 128 mil millones de bolívares al desarrollo social en el 2014. El ingreso petrolero fue de 128 mil millones de dólares en el período”. Leyendo este titular usted dice, todo está bien. Pero cuando lee El Nacional la cosa es distinta: “PDVSA recibió menos dinero y recortó los aportes sociales. El informe financiero muestra que la ganancia neta de la estatal pasó de 15,8 millardos de dólares en 2013 a 9,07 millardos, una reducción de 42,5%. Los costos aumentaron 10,8%.” Y esto no es nada halagüeño.
En Konzapata.com se nos informa: “La deuda financiera de PDVSA ya duplica las Reservas Internacionales. Lo menos que se puede decir de las cifras presentadas por Eulogio del Pino es que no cuadran, peor, se contradicen en lo que se refiere a producción, exportaciones y consumo interno. En otro tiempo la palabra del presidente de PDVSA no se ponía en duda, los tiempos han cambiado.”
Y esto nos lleva a una situación difícil y delicada planteada en la alta directiva de PDVSA: el enfrentamiento entre Eulogio del Pino -un técnico que viene desde los tiempos de Ramírez, con experiencia en PDVSA, y quien, informan, está tratando de subir la producción y de darle un enfoque fundamentalmente técnico a su gestión- y el Director de Finanzas de la empresa, Malpica Flores. Este fue Tesorero de la República, pero más importante que eso, por lo que se oye en medios periodísticos, es su condición de sobrino de Cilia Flores. Según hemos leído -y ayer lo abordábamos en conversación con Blanca Vera Azaf-, hay un enfrentamiento entre estos dos porque, a saber, tienen serias diferencias sobre el destino que se le debe dar a los dineros de la petrolera: ¿Se reinvierten en PDVSA o se destinan a la campaña electoral?
Por lo que se comenta de este enfrentamiento, Del Pino tendría los días contados. Malpica Flores, forma parte no solo del clan Maduro-Flores, sino del sector que quiere, a como dé lugar, imponerse en las elecciones parlamentarias.
Sin embargo, esto luce difícil porque, según leo en la primera página de El Nacional: “46,1% votaría por la oposición en las parlamentarias. La caída del gobierno data del 2012, hay una diferencia de 18 puntos porcentuales de agrado entre Chávez y Maduro. El 64,8% cree que el gobierno va por mal camino. Esto según los resultados del estudio de marzo-abril de la encuestadora Varianzas. Al preguntar sobre la permanencia del gobierno hasta 2019, las respuestas son contundentes: “Que haya un cambio de gobierno antes” representa 57,3%; “Que continúe en el poder hasta 2019”, 31, 9 %.
Hay algo que llama la atención: ayer hicimos nuestro foro sobre la tristeza que inunda a los venezolanos, pues aquí se dedicaron a auscultar el estado anímico del venezolano con respecto al país. El 22,7% está inconforme, 20% está esperanzado -siempre hay esperanza-, pero el 14,8% entra en una categoría que yo no conocía: “arrecho”. Así, tal como usted lo lee. Así formuló la pregunta la encuestadora. Y el 10% se encuentra triste. En fin.
¿Podrá así ganar elecciones el gobierno con toda y la ayuda de los señores de PDVSA? Su respuesta explica tanto absurdo y disparate que uno ve últimamente.