En Venezuela ocurren cosas insólitas, absurdas, extrañas. Venezuela es un país donde se reporta una masacre, en la que aparentemente han asesinado a 28 personas, y tres días después la supuesta masacre, según afirmación del gobernador del estado donde se denuncian los hechos, parece que nunca existió. Insólito de verdad.
Hoy tenemos titulares de este tenor. Por ejemplo, en el diario Nueva Prensa en Ciudad Guayana: “Sin indicios de la supuesta “masacre” en Tumeremo. Los cuerpos de seguridad y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana investigan.” En otro diario de la región, Correo del Caroní: “Miedo, desolación y ningún rastro de los mineros desaparecidos a 48 horas de la protesta en Tumeremo. A las 7 de la noche, de ayer domingo, los familiares esperaban reunirse con la Comisión de la Fuerza Armada Nacional y el CICPC. Estos organismos sobrevolaron dos horas donde se cree podrían estar los desaparecidos. Los protestantes aseguran que no se moverán hasta que aparezcan los mineros que estaban en Atenas (la mina) vivos o muertos”. Esta información se ilustra con una pancarta pegada a un árbol: “Señor gobernador no sea usted tan mentiroso que lo que esta sucediendo aquí en Tumeremo es la pura verdad”. Este mensaje va directamente al general Rangel Gómez, gobernador del estado, quien, como reseñamos arriba, afirma que tal masacre nunca ocurrió.
Esta zona hacia el sureste del país, cerca de la frontera con Brasil, es territorio minero. Aquí la concesión principal la tiene la empresa estatal Minerven; pero advierten en el Correo del Caroní: “(…) que hasta las minas en la administración del estado están invadidas. Los familiares de los desaparecidos tienen la lista de los nombres y fotografías de sus parientes que todos los días regresaban al terminar la jornada. El viernes no regresaron, el sábado tampoco, ayer tampoco”.
Según El Nacional: “Mientras el Gobernador Francisco Rangel Gómez niega el hecho, el Ministerio Publico designa dos fiscales para investigar el caso.” No hubo masacre pero hay 28 mineros desaparecidos. Hay que investigar.
¿Cómo, aparentemente, fueron los hechos? Transcribo apenas el primer párrafo de la crónica que firma Nora Canino, en la página de Sucesos de El Nacional: “Sobreviviente afirma que Cicpc y Sebin dispararon contra mineros. El acompañante de una de las víctimas del ataque a mineros del municipio Siontes del estado Bolívar relató que el viernes en la mañana el líder de la banda del Topo junto a funcionarios del Cicpc y Sebin colocaron una alcabala a 100 metros de la mina Atenas, a una hora de la población de Tumeremo, donde sometieron a aproximadamente 600 mineros a quienes interrogaban y de acuerdo con sus respuestas los iban matando. En total, habrían asesinado a 23 personas después de varias horas de tenerlos retenidos. Además, asegura, luego de esta matanza entraron a la mina y masacraron a otro grupo que estaba trabajando allí”.
Es apenas el primer párrafo de una crónica sencillamente escalofriante. La situación, como decía, es absurda o demasiado normal, según como se mire, para la Venezuela insólita que vivimos.
¿Por que el CICPC y el Sebin -que es la policía política- montan una alcabala junto a una banda delictiva, la banda del Topo? ¿Qué es esto? ¿Cómo es que detienen a los mineros que van a la mina Atenas y, según las respuestas, los van asesinando? ¿Para qué era la alcabala? ¿Qué hacían ahí? Este es el relato de la supuesta masacre. ¿Pero por qué el gobernador se apresura a negarla?
Son demasiadas preguntas sin ninguna respuesta concreta hasta el momento. Es la Venezuela de estos tiempos, una Venezuela insólita, cruel, absurda e incomprensible.