Hagamos un pequeño recuento. El 26 de abril, después de mucho insistir, después de mucha presión por parte de la oposición, el Consejo Nacional Electoral entregó por fin las planillas para la recolección de firmas del 1% del padrón electoral para solicitar el referéndum revocatorio. El 27 de abril, al día siguiente, comenzó la recolección y de manera extraordinaria, sorprendente, en apenas 48 horas se recolectaron más de 2 millones de firmas.
Luego, en un madrugonazo, en una estrategia sorpresiva de la oposición para eludir turbas y enfrentamientos en las sede principal del CNE, entregan las firmas en Filas de Mariche, en otra sede poco conocida del organismo electoral. Esto fue el 2 de mayo. Se suponía que a partir de ese momento tendría que iniciarse todo el proceso de digitalización. Pero, amparándose en que el reglamento establece “hasta 30 días” para dicho proceso, las rectoras arbitrariamente proclamaron que sólo al cabo de 30 días darían su respuesta. Ese lapso se cumplía el 2 de junio. Llegó esa fecha y el 2 de junio las rectoras no recibieron a la oposición. Siguieron pasando los días. Días condimentados con marchas, represión, gases lacrimógenos y todo tipo de impedimentos para que la oposición no llegara a las sedes del CNE en todo el país. Ayer -martes 7 de junio- de nuevo estaba pautada la reunión de las rectoras con los representantes de la MUD. Una vez más las rectoras se excusaron y la reunión tampoco se dio.
Aparentemente, todo se reduce a esto: a las 3:37 de la tarde, el diputado Juan Carlos Caldera publica en periscope imágenes de los representantes de la MUD reunidos en la sede del CNE. El mensaje es escueto y sencillo: ya estamos aquí, en la sede del CNE, esperando. Y entonces ocurre lo insólito. De repente, de manera sorpresiva, les informan que las rectoras no los van a atender. Y no tardó en conocerse la razón del nuevo plantón, la nueva excusa. Supuestamente, la señora Lucena se habría molestado porque se sintió intimidada por el mensaje en periscope del diputado Caldera.
No importa la excusa, la que sea, cada vez más absurda, ridícula e inaceptable, lo que ayer hizo Tibisay Lucena fue una falta de respeto inmensa, grosera e imperdonable, no a la representación de la MUD sino al país en general, a los 2 millones de venezolanos que firmaron su voluntad democrática.
Ayer, una vez más, el único que dio la cara fue el rector Luis Emilio Rondón, quien afirmó que hoy –miércoles 8- sí se dará la fecha para iniciar el proceso de validación. Pero lo dijo él en solitario, y no es que no tenga valor su palabra como rector, pero es una palabra aislada, un solo voto entre cinco. Hoy, probablemente, vuelva a quedar todo en el aire.
Mientras, las rectoras no dejan de procurar retrasos en el proceso. Ahora han inventando, de la manera más burda, descarada e insultante, un mecanismo para que aquél que firmo y está arrepentido, pueda retirar su firma. Esto nada más que para retrasar, entorpecer y fastidiar, exasperar hasta lo indecible, la paciencia democrática de los venezolanos. ¿Pero quién que firmó se va a arrepentir? ¿Quién? ¿Usted, estimado lector? Yo no, por ejemplo. Y creo que nadie. Porque nadie firmó bajo engaño, nadie obligado, nadie extorcionado.
De cualquier manera, mientras siguen pasando las horas y los días, tomemos como buena la palabra del señor Rodríguez Zapatero, quien, a nombre de la Unsaur, ha llevado adelante las gestiones para lograr el dialogo. Leo en El Nacional: “Rodríguez Zapatero pidió olvidarse del revocatorio. El expresidente del gobierno español y jefe de la misión de Unasur para el dialogo considera que la oposición se debe centrar en las elecciones presidenciales de 2018, y a cambio asomó la posibilidad de darles libertad condicional a algunos presos políticos, no a todos. La respuesta de la MUD fue tajante y definitiva: el revocatorio no se discute.”
Rodríguez Zapatero, pues, no es más que la caja de resonancia de la voz oficial, su loro. Eso es lo que quiere el gobierno, eso es lo que quiere Maduro, botar tierrita y que lo dejen en paz hasta el 2018. Pero la oposición no cede ante eso. El país no cede ante eso. El juego está totalmente trancado.
Leo, en el mientras tanto, El Aragüeño de Maracay: “Maduro hizo un llamado a derrotar “brotes de violencia” en el país. Con la ley en la mano y mucha firmeza actuará en conjunto con los órganos oficiales para capturar, enjuiciar, encarcelar y castigar a los responsables de los focos de violencia que se activan día a día. Y pide que se firme un documento para solicitar la renuncia a la violencia en todas sus formas, un gran acurdo de paz y no violencia”. ¡Maduro-Gandhi, pues!
Pero espere un momento, presidente, no pierda la perspectiva. Esos focos de violencia que se activan día a día, y que usted supone tienen unos responsables directos, son manifestaciones absolutamente espontáneas, protestas y marchas que se reunen bajo una consigna que jamás se había oído en la historia de nuestro país, ni en el trágico 1814, cuando todo estaba perdido y se dio la emigración a oriente, ni en los tiempos más cruentos y duros de la Guerra Federal. Nunca antes los venezolanos habían salido a la calle gritando “¡Queremos comida!” “¡Tenemos hambre!”. La violencia, Maduro, está en este estado de enagenación y miseria en el que usted ha condenado a la república. La violencia está en la represión llevada adelante por su Guardia Nacional Bolivariana. Envíele entonces a ellos -y envíeselo a usted mismo- su comunicado contra la violencia.