Nicolás Maduro, acompañado por el Ministro General Rodríguez Torres, convocó a Alcaldes y Gobernadores a Miraflores para hablar de seguridad. En algún momento se levantó el Alcalde del Hatillo, David Smolansky, militante del partido Voluntad Popular, para pedir por la liberación de los estudiantes detenidos, por la liberación de los alcaldes Scarano y Ceballos, del comisario Luchessi y, también, por la liberación del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López. Nicolás Maduro montó en cólera, perdió los estribos, empezó a gritarle, y, en algún momento, hasta le reclamó que no le reconocía como presidente. A lo cual, ya sin audio, Smolansky le respondió: yo sí lo reconozco.
Fue una situación muy incómoda. Lo que llama realmente la atención es que en su perorata, Maduro habló de “la gente quemada viva”, de las “100 unidades” del Metrobus destruídas (“sus compañeros de trabajo”), de los guardias nacionales y de los oficiales muertos. Y llama la atención que, de todas las personas que lamentablemente han fallecido desde el 12 de febrero a esta parte, de los 44 muertos, no hubo una sola mención para los estudiantes asesinados, ni una mención para los estudiantes torturados y los detenidos injustamente. Maduro dice que puede dar pruebas, uno por uno (refiriéndose a los presos mencionados por Smolanski), de que han violado la ley.¿Cuál ley, Maduro? ¿Cuál? A este paso difícilmente se pueda llegar a ningún lado.
A la señora Blanca Eekouth la oímos aquella noche del 10 de abril, en la primera reunión del diálogo, donde alzó la voz como si estuviese en un mitin, hablando inclusive con acento cubano. A ella la cita hoy El Universal: “Piden (la MUD) algo que es imposible, piden impunidad”. Esto a propósito de la liberación de los presos políticos. ¿Impunidad?
Hagamos algo de memoria. Por ejemplo, se dio un paso adelante cuando Rafael Caldera, con o sin razón, decidió proceder a una suerte de borrón y cuenta nueva para todos los implicados en los sucesos del 4 de febrero y del 27 de noviembre del año 1992, cuando, señora Eekouth, hubo muchos, muchísimos muertos. Recordemos que se trató de una acción golpista, porque se pretendía derribar el gobierno y asesinar al presidente constitucional de ese momento. Ahora, sin prueba alguna, la gente del Psuv dice que no pueden aupar la impunidad. El joven Marco Aurelio Coello, de apenas 18 años, ¿cuál es su delito? ¿Cuál es el delito de todos estos jóvenes que han sido tratados como si fuesen peligrosísimos criminales y que están detenidos hasta en cárceles de altísima peligrosidad? A este paso, pues, es difícil que pueda haber algún tipo de diálogo.
Hoy, inclusive, Tal Cual cita: “Al cierre de esta edición, el Secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo, esperaba el llamado de la delegación mediadora internacional, cuyos integrantes se reunirían con representantes del gobierno de Maduro para ver si se daban las condiciones que permitieran retomar el diálogo entre las partes.” Pero hasta ese momento, hasta anoche tarde, no había condiciones para el diálogo, según lo que había declarado Ramón Guillermo Aveledo.
En esas condiciones estamos. ¿Se podrá conversar, llegar a algo con el régimen? Luce muy difícil. Henry Ramos Allup declara en El Nuevo País: “El diálogo no avanza por riñas en el Psuv. El Secretario General de AD dice que fracturas en el partido de gobierno impiden que las negociaciones fructifiquen.”
Y lo cierto es que, después de ver la muy airada reacción de Nicolás Maduro ante un simple comentario, nos da la impresión de que estamos ante un hombre bastante nervioso. Un hombre que puede perder los estribos con mucha facilidad. ¿Qué estará padeciendo puertas adentro?
“…Y lo cierto es que, después de ver la muy airada reacción de Nicolás Maduro ante un simple comentario, nos da la impresión de que estamos ante un hombre bastante nervioso. Un hombre que puede perder los estribos con mucha facilidad. ¿Qué estará padeciendo puertas adentro?”
Atrapado en sus propias redes…o, cazador cazado?